14- Pesadilla

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No estaba seguro de cómo debía proceder. Apoyo su mano en la rodilla de la contraria en lo que sabía era un vano intento de llamar su atención, cuando noto que decir su nombre repetidas veces no funcionaba.

Vio a esos ojos chocolate llenarse de lágrimas con la mirada perdida, mientras seguía observando esa fotografía.

A pesar de que sabía que ambas eran amigas y que su perdida dolería, no fue hasta que vio esa fotografía que supo lo extensa que fue su amistad.

La chica del lago no es parecido a la drogadicta que fue supuestamente muerta por sobredosis y la castaña no se parece a la Tara que termino trabajando en un prostíbulo.

Aarón se levanta y se sienta a un lado de la castaña, la ve con preocupación y algo de duda, hace una mueca intentando pensar en alguna manera de poder consolarla, al no encontrar una, en lo que a su parecer era apropiada, hizo lo primero que se le ocurrió, coloco su brazo sobre sus hombros atrayendo su cuerpo en una clase de abrazo, dejo que recargara su cabeza en su hombro y que este se empapara con sus lágrimas.

Tal vez fue por todo lo que paso en los últimos días, tal vez por cansancio emocional, pero cuando menos lo espero, aún con restos de lágrimas en sus mejillas, Tara cayo en los brazos de Morfeo.

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El sonido de las campanas la hizo abrir los ojos, miro a su alrededor antes de caminar sin fijo alguno buscando alejarse de ese sonido.

Saliendo de las capillas vio a sus lados encontrando que estaba desolado siendo el sonido del viento lo único que se escuchaba y el vago destello de sol lo único que iluminaba el grisáceo ambiente que se mostraba.

Vio al frente, directamente al espejo con marco de plata, con cada paso que daba la intensidad del viento era cada vez mas potente, pero ella no parecía siquiera darse cuenta de ese aspecto, caminaba como si estuviera en un trance.

Toco superficialmente el marco de esta, notando una pequeña inscripción: od ovog trenutka prestajete biti vi da biste bili svi drugi. Frunció el ceño hasta que como si una pequeña vocecita la susurrara la respuesta, sintió un escalorio recorrerle la columna vertebral.

Lentamente bajo la mirada, viéndose a si misma en el espejo, a su yo real, a esa persona que creyo no volver a mirar, a aquella que alguna vez llego a odiar pero añoraba volver a ver, se vio a si misma con la dulce edad de 15 años.

Y en un parpadeo esta desaparecio, ahora era otra persona y con cada parpadeo era otra; una madre, un contador, una oficial, alguien que vio una vez en la calle, el cantinero del bar e inclusive ese forense, volvió a parpadear viendo a Tara, la persona que creo a expensas de la imagen de su amiga.

Otro parpadeo y la vio a ella, a Mara, la verdadera. Con su cabello negro y la sonrisa que le daba cuando había hecho una broma. Escucho un trueno y la imagen volvió a cambiar, era ella con el cabello negro, usando ese uniforme que tanto odiaba, era su mejor amiga a la que le había fallado. Era ella en su forma muerta.

¿Qué pasa? ¿te comió la lengua el lobo feroz?- se rio siniestramente

Intento dar un paso hacia atrás sin éxito, miro hacia abajo viendo como sus pies parecían haber sido pegados, sin darle oportunidad de moverse a pesar de sus intentos.

Vio como el espejo se abría, como si de un metal liquido se tratara, la mano de Mara salía de este y sin previo aviso sintió como era jalada adentro de este.

De gris a negro, como si de un abismo se tratara, volteo a los lados con ansiedad viendo como este color era el único predominante, lo único que veía sin importar si cerraba los ojos o los abría.

No sabia que hacer, sentía su respiración acelerarse, cuando menos lo espero vio una pequeña señal de luz, detrás, volteo rápidamente notando como ella la veía con una sonrisa sosteniendo una pequeña flama.

Con un pequeño movimiento, el lugar se ilumino y en vez de estar en un abismo, estaba en lo que para ella era el infierno.

Las mismas paredes mohosas, la misma puerta rechinante, la misma camilla, el mismo foco tintineante.

Intento dar un paso antes de escuchar el sonido del metal arrastrándose, miro hacia abajo temerosa dándose cuenta de que estaba encadenada.

La de ahora siniestra sonrisa, avanzo lentamente como un cazador acechando a su presa, cayendo directamente a su trampa, cuando menos lo vio venir, la que era su mejor amiga la encerro entre rejas, se dio la vuelta y con la pequeña flama incendio el lugar.

No –susurro en vano intento desesperado de piedad

No hagas esto, yo... no me dejes aquí- pidió entre sollozos y golpes al metal que la separaba de su "libertad

Mas la pelinegra solo hizo un movimiento despidiéndose con la mano, antes de desaparecer entre el amarillo y naranja.

Ansiedad, estrés, miedo e inclusive una pizca de culpa la invadían.

En cada respiración asentía como sus pulmones se llenaban de humo, intento jalar la cadena pero solo ocasionaba que se dañara, golpeo un sinfín de veces las rejas, pero en cada vez solo sentía que se volvían mas fuertes y ella cada vez mas débil.

Cuando la inconciencia llego y no vio nada mas que negro, sintiendo a su cuerpo tocar el suelo, cuando sus pulmones ya no pudieron y sus gritos se callaron, una minúscula parte de ella sintió alivio, como si esa haya sido la sentencia de los pecados cometidos

?

Cuando despertó abruptamente con la respiración algo agitada, por un efímero momento pareció no saber exactamente que había pasado, ni en donde estaba, fue cuando, aún con los ojos hinchados volteo a su alrededor que se dio cuenta en donde estaba, que hubiera deseado que ese instante se hubiera convertido en una eternidad.

Se vio a si misma en la cama, preguntándose en que momento había llegado allí.

Se levanto arrepintiéndose en el momento en que un mareo la invadió, se sento en ella, esperando que este pasara.

En cuanto este paso, noto que aquel gran tablero no estaba donde antes, frunció el ceño parándose, esta vez lentamente y yendo a abrir el armario notando que tampoco estaba ahí

Extrañada, salió de la habitación viendo al responsable del cambio de este.

Dejo salir una carcajada al notar como este al tratar de levantar unos papeles termino golpeándose contra la mesa.

Aarón volteo a verla indignado, pero aun asi no pudo evitar sonreír levemente al notar esa pequeña "mejoría" de como estaba hace unas horas.

—sabes, creo que necesitas más ropa

La castaña frunció el ceño sin saber con exactitud a que quería llegar.

—bueno no me pude llevar tanta ropa cuando me llevaste a rastras

—para salvar tu vida- puntualizo

—si, como sea

Se encogió de hombros, haciendo un ademán minimizando el asunto a lo que Aarón rodo los ojos.

—quieres salir

—¿qué?

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⏰ Last updated: Apr 14, 2023 ⏰

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