why did you have to go?

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Pasarían la noche en el hospital, por si algo pasaba. Estarían los dos juntos, así que no sería aburrido. Había una televisión también, y podían usar sus celulares.

28 de mayo, 2019. Un martes a la madrugada, eran como las 4 de la mañana. Habían tenido un día bastante complejo.

— Seguramente nos expulsen del colegio— dijo Jolyne.

— ¿Vos decís?

— Nos vamos a quedar libres*. Los chicos mandaron mensajes al grupo, ¿los viste? Igual les respondí.

Jolyne notó que Anasui no tenía animos. Se le notaba el sueño en los ojos pero no podía dormir. Le dio la espalda a Jolyne y no decía nada. Ella se quedó sin palabras. Era una de las primeras veces que a ella le incomoda el silencio. Le incomodaba no poder o sentir que no podía ayudarlo de alguna manera.

— No puedo ver mi Stand. Lo detesto— dijo Jolyne, con la finalidad de romper ese silencio—. Siento que yo misma me voy a matar con ese poder.

Al terminar de decir la palabra "poder", Jolyne sintió un golpe de repente. Se asustó, porque cuando estaba hablándole, no lo estaba mirando.

Vio una de las mesitas tirada en el piso. Anasui se quitó el suero de su brazo. Ella se dio cuenta que estaba llorando. Comenzó a caminar nervioso por toda la habitación, sin mirarla a los ojos. Quería tirar más cosas al suelo, pero no quería armar un escándalo.

Jolyne notó que manifestó su Stand. De verdad que parecía poderoso.

— Ana.

— ¿Por qué mierda me lastimaría, si se iba a ir? ¿Por qué tuvo que ser un hijo de puta? ¿Qué le costaba? ¿Qué le costaba, Jolyne, ser un buen padre? ¿¡Un buen padre como el tuyo!? ¿¡Por qué tuvo que decirme todas esas cosas y dejarme solo, dejarla sola a mi vieja!?

Él definitivamente estaba llorando. Ella se lo quedó mirando, esta vez sin llorar. No debía llorar y lo sabía muy bien. Se levantó para abrazarlo. Se acercó a él lentamente. Sintió su cuerpo, estaba frío. Hacía frío.

— Algunos hombres... no se merecen tener una buena familia. Tu mamá y vos... ustedes eran demasiados buenos para él. Vos... sos muy buen hijo para él. Lo lamento tanto, Ana. Sé lo que se siente, mi viejo tampoco me quería.

Él la abrazó fuerte. Sollozaba en su hombro.

— Dale, Ana. Intentemos dormir, hace un día no dormimos bien. Mañana prometo quedarme junto a vos todo el día, ¿sí? Ya está, estamos bien. Te amo, Anasui. Mucho.

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