7: Tinta.

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Abrí mis ojos y pude ver que nuevamente estaba en el salón de teatro, junto conYui, Rolan y el extraño Liam. El chico de ojos grises abrazo fuertemente a mi amiga y Liam, pues, el solo se levantó para retirarse de la sala.

—    ¿¡Puedes explicarme qué demonios fue eso!? —le grité desaforadamente, estaba realmente enfadada— ¿¡Quién eres Liam!?

 Una pequeña y dolorosa sonrisa apareció un rostro, y de un segundo a otro, vi como su cuerpo se desplomaba en el suelo como si fuera un ángel sin alas. Me paralicé por un momento, pero luego de unos minutos me atreví a moverme, y lo primero que hice fue correr.

—    ¡No hagas! ¡No te le acerques! —gritó Rolan mientras veía como corría hacia Liam.

No le hice caso, mi artista estaba en el suelo y yo, como musa, no puedo dejarlo.

  Me acerque a él, y cuando pude verlo de cerca, me horroricé al ver que estaba manchado de sangre. Soltó un gritó ahogado mientras se clavaba sus dedos en el lado izquierdo de la camisa negra y curvaba su espalda del dolor.

—    Ada… —susurraba dolorido, mientras el dolor lo afixiaba— no me toques, esto… esto pasara en unos minutos.

¿Qué estaba pasando? No sabía que hacer, me encontraba inmóvil, observando como se retorcía del dolor en el suelo y me decía que no pasaría nada.

—    Te quitaré la camisa. —le grité mientras desabrochaba los botones.

—    ¡No! ¡No! —gritó con sus ojos en blanco— No Ada… no.

Lloraba junto a él, no sabía si se estaba por morir, si era una enfermedad… tenía miedo.

   Al terminar de desabrochar los botones, le quite la camisa y en la parte de su corazón, yacía un  pájaro negro dibujado, su blanca piel contrastaba con la tinta negra ¿Un tatuaje?

Liam soltó un gritó desaforado, que era como si le estuvieran clavando un puñal en su corazón y luego, su cuerpo se relajó y sus lágrimas cayeron lentamente.

—    Ah… Ya paso… —suspiró mientras respiraba con dificultad

—    ¿Qué? … —le dije mientras lloraba, pero no logré terminar la frase.

Él tomo mi rostro y sonrió nuevamente, su sonrisa era dolorosa y a la vez tranquilizante.

—    Todo esta bien Ada… ¿Ves?

Se levantó del suelo y tocó su sangre, se apoyó contra la pared y cerró sus ojos.

—    No has estado usando tu bastón Liam… —lo retó Rolan— ¿Dónde está? ¿Lo has tirado?

— Ya no me sirve… estoy bien.

Rolan furioso hasta donde se encontraba Liam, lo tomó de los hombros y lo sacudió mientras le gritaba cosas.

—    ¿¡Qué demonios estás tomando Liam!? ¿Droga humana? ¿Es eso?

Liam le sonrió a su amigo y se soltó de sus manos; Yui y yo no entendíamos nada, pero… ¿Droga humana? Eso quiere decir que… ¿No son humanos? ¿Liam tenía un bastón?

—    Solo porquerías Rolan. —susurró con voz ronca y repitió— solo porquerías…

—    Las pinturas…

Me detuve a gritar.

—    ¿Me pueden decir quienes son? ¿no son humanos cierto?

—    Ya dile Rolan… O se pondrá a gritar como una loca como siempre hace. —susurró nuevamente Liam.

Apreté mi puño y Rolan me observó intranquilo, giró su cabeza para ver a Yui pero ella ya no estaba allí, se había escapado…. Me había abandonado.

Soltó aire y escribió en su libreta  “Bastón de Liam” y allí mismo, al frente de él apareció el objeto.

—    No lo vuelvas a tirar

—    Ya lo extrañaba —dijo mientras apuntaba con su bastón a su mejor amigo, como si fuera un arma— bienvenido de vuelta Thimoty.

No dije nada, los dos hablaban solos, como si yo fuese invisible.

De la punta del bastón salió una cuchilla de plata, filosa y brillante; Liam parecía ser, totalmente otra persona junto con aquel objeto…

—    Ya, dejaré de hacer la estúpida.

—    ¿Puedes callarte Ada? Molestas. —dijo Liam mientras salía de la sala— por cierto, ya no eres mi musa.

Lo observé, era como si el Liam de antes, ya no existiera…

La musa del artista.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora