capítulo 3.

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El horario había ya terminado, pero me quedé hasta tarde revisando unas cosas en la parte de edición, y a la vez procurando de que Hayley no se vaya muy tarde, no la he visto

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El horario había ya terminado, pero me quedé hasta tarde revisando unas cosas en la parte de edición, y a la vez procurando de que Hayley no se vaya muy tarde, no la he visto.

Ahora estoy yendo hacia la oficina para poder recoger mis cosas e irme, las luces de toda la editorial están apagadas, pero la luz de la oficina sale por debajo de la puerta, son alrededor de las 12 A.M.

Al abrir me encuentro con Hayley aún en la oficina, escribiendo algo mientras teclea algo en la laptop, ella levanta la mirada al oír la puerta, me sonríe y desconfío.

-¿Por qué me has sonreído?-me acerco más y veo el motivo.

Arriba del escritorio tiene un vaso y una botella de whisky, suspiro y niego.

-¿Qué haces?-le pregunto.

-Trabajar Vólkov, ¿conoces eso?-me dice y asiento.

-Si, he trabajando, pero no me refiero a eso, ¿que haces bebiendo?-mira el vaso y me mira a mi.

-Ah eso, nada, suelo hacerlo para mantenerme despierta.-niego y acerco mi silla a su escritorio.

-Deberías descansar, mañana sigues.-niega y bosteza.

-No puedo, debo terminar los últimos retoques.-la miro y veo como ya tiene la cara colorada, señal de que ha bebido bastante.

-Muñeca.-digo y ella hace una mueca.-Ve a descansar.

-Hace mucho que no oía eso.-dice con una sonrisa.

-¿Qué cosa?

-Muñeca, hace exactamente seis años que no oigo esa palabra.-asiento.

-Me hubiese enojado si alguien utilizase esa palabra con vos.

-¿Por que te fuiste?-me dice con un suspiro.

-Por que era necesario, tú necesitabas que yo me alejara de ti, para tu bien estar.-niega.

-Yo necesitaba que tú lucharás por nosotros, por ser felices.-la miro y sus ojos cristalinos están brillando.

-Tú estabas en pareja, no iba a ser el causante de arruinar lo más sano que tuviste en ese momento.-sonríe irónica.

-A ti jamás te importó eso, te fuiste por que otra vez no supiste manejar lo que sentías.-asiento.

-Quizás si tengas razón, pero créeme que irme fue lo mejor que hice, tú no tendrías todo lo que tienes ahora.-ella termina asintiendo.

-¿Y por qué volviste? ¿Por qué aceptaste venir? Sabiendo que aquí estaba yo.-bebe un poco del vaso.

-Justamente por eso, por que tú estabas aquí, tu representante me llamó a mi y me explicó todo, no lo dudé, necesitabas mi ayuda, no iba a fallarte.-aprieta los labios.

-¿Por qué aún sigues siendo así conmigo?-bosteza una vez más y sonrío.

-Por que yo daría mi vida si fuese por ti, para siempre, en esta y en muchas más, muñeca.-sonríe.

-Aún lo recuerdas.-asiento.

-Lo tengo tatuado.-ella me mira asombrada.

-¿Dónde?

-En el pecho, justo arriba de el corazón, el lugar que a ti te pertenece.-ella se acerca y coloca su mano sobre mi pecho.

-¿Aquí?-asiento y ella desabrocha un botón de la camisa.

-Hayley.-le digo pero ella no me presta atención sigue desabrochando botones, los primeros tres.

Corre la camisa hacia un lado y ve el tatuaje sonriendo.

-Has puesto mis iniciales.-asiento.

-Te lo dije, pertenece a ti.-ella levanta la cabeza y quedamos muy cerca.

Mira mis labios y yo los suyos, levanto mi mano para acariciar su mejilla, ella cierra los ojos y sonrío.

-Ve a descansar, ¿sí?-le digo.

-No puedo manejar, acabo de beber.-dice con una sonrisa.

Dejo un beso en su frente y me levanto abrochando mi camisa, ella me mira con el seño fruncido.

-Vamos, te llevo yo.-suspira y le tomo la mano para luego levantarla, al principio veo como se marea y empieza a reírse.

Niego divertido y cojo su blazer para colocarselo, ella toma sus cosas y yo las llaves del auto, apagamos las luces y nos dirigimos hacia el ascensor.

-¿Sabes? Casi nunca uso esto.-habla refiriéndose al ascensor.

-¿Por qué?-la miro.

-Siempre estoy llegando tarde y esto demora mucha, corro por las escaleras.-asiento.

-Ahora entiendo todo.-digo y ella me mira con una ceja alzada.

-Desubicado.-sonrío.

Y desde siempre ella me entiende sin necesidad de explicar mucho.

Al llegar abajo le abro la puerta de el auto y ella sube, luego lo hago yo.

Ella me da la dirección de su casa y pongo en marcha el auto.

En el camino se durmió, la miro y sonrío, así dormida hasta se parece un ángel, la verdad.

He visto en este día que ella se esfuerza demasiado, se sobrecarga con todo, es sumamente perfeccionista, y eso es un problema para ella, por que no descansa como debería, como dijo ese tal Javier, va a terminar explotando.

Que no se note lo mal que me cayó, está claro que le está tirando onda constantemente, ella no se da cuenta, pero yo si, ¿vieron como le besó la mano? Ridículo.

Cuando quiero acordar ya estamos frente al departamento de ella, estaciono y doy la vuelta para poder abrirle la puerta a ella.

-Muñeca, hemos llegado.-le digo y ella abre apenas los ojos.

-No jodas, duerme tú también.-dice y sonrío.

-Me encantaría, pero debemos entrar, tú tienes las llaves y sabes el número de tu departamento.-ella abre del todos los ojos y suspira.

-Eres como un grano en el culo.-sale del auto y comienza a caminar.

¿Que debo hacer? ¿La sigo o me voy? Ella parece darse cuenta de que no se que hacer y frena.

-¿Vienes o qué?-comienzo a caminar y la sigo.

Al llegar ella cierra la puerta y se quita los zapatos, también el blazer, luego suelta su cabello, ya que lo traía en una coleta.

¿Puede alguien ser tan linda acaso? ¿Qué clase de embrujo me hizo?

-¿Quieres café?-pregunta.

-¿Vas a seguir despierta tú acaso?-alza los hombros.

-No hagas que me arrepienta.-sonrío y asiento.

Ella va hacia lo que supongo es la cocina, la sigo y me siento en un taburete.

Ella se mueve con agilidad y yo me concentro en ver su figura, los años le han hecho tan bien, es increíble lo buena que está, admito que se me ha hecho muy complicado concentrarme todo el día y el tratar controlarme.

Pero ella no ayuda, ¿como va a usar esa falda? Jesús.

MARCAS DE AMOR: Amar para sanar.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora