Capítulo 42. Como la primera vez

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—Esa es una nueva sorpresa que no puedo decirte, así que no seas impaciente, ¿puedes?

—La paciencia no es mi mayor virtud.

—Espero que hoy sí —se rio—. Termino dentro de poco, me ducho rápido y nos vamos, ¿te parece?

—Okey.

Me dio un veloz y sonoro beso en la mejilla

—No te acabes todos los libros en un día —bromeó, empezando a retroceder

—Oye, es mi naturaleza. No puedo ocultar mi naturaleza.

Solo pudo reír, terminando de alejarse

—¡Sabía que dirías algo así!

Y luego de eso, me guiñó un ojo y se perdió en el campo junto a los demás. Vi a Tristan lanzarme algunas miradas cómplices, que me hicieron reír.

Cuando volvió a el entrenamiento, decidí volver a mi lugar, con ese cosquilleo en el estómago, y continuando mi libro de romance número 789. Más o menos.

El entrenamiento terminó luego de unos quince minutos, así que me dispuse a esperar, recibiendo la señal de Ryan. El capitán literalmente salió corriendo hacia las duchas empujando a algunas personas y yo solo pude sonreír cuando Tristan y Noah saltaron la valla, acercándose a mí

—Linda y sonriente Dani, alegría en mis días y consuelo en mis noches.

—¿Qué? —Noah bufó

—Hola —los saludé

—¿Te habían dicho que tu belleza ilumina más que todos los astros del cielo? —continuó con sus frases de Pinterest, tomando asiento a mi lado

—¿Ahora eres poeta? —se burló el otro—. ¿No deberías primero aprender a taclear antes que eso?

Tristan enarcó una de sus cejas en su dirección

—¿Quieres que te taclee?

—¿Cómo están? —pregunté, para distraerlos

—Súper, súper bien —me respondió el chico a mi lado—. Disfrutando de la vida, ya sabes, es lo mío.

—No me quejo —Noah encogió sus hombros—. ¿Y tú?

—Bien, sí —asentí, un poco divertida

—Oí que el cumpleaños de los mellizos se acerca, tengo el obsequio de Archie, pero no el de su hermana ¿alguna idea? Le pregunté a Noah, y el idiota me mandó a la mierda.

—Es mi novia, cabrón.

—Ahm... no lo sé, Alicia no es tan complicada —le contesté—. ¿Un perfume tal vez? Oh, no, espera, los perfumes los compra ella. Ehm... podrías darle un collar, aunque, no mejor tampoco, los collares no son lo suyo. ¡Oh! Ya sé, dale... no es broma, eso tampoco.

—Mejor no le doy nada.

—Sí, mejor —terminé riendo

En eso, el sonido de mi teléfono sonando me interrumpió, lo tomé solo para responder pues algo me dijo que era importante. Y lo fue en el momento en el que descubrí que se trataba de un mensaje de la mencionada.

La llamamos con el pensamiento

Abrí nuestro chat, descubriendo que me había enviado una imagen

La abrí, confusa

¿Tienes ganas de salir este fin de semana y tus amigos son aburridos?

¿Te sientes solo por quedarte leyendo todo el día?

La última de las estrellas ✓Where stories live. Discover now