Jazmín siempre se había considerado común. Había tenido una familia común, una adolescencia común.
¿Por qué diablos no podía tener una muerte común?
Jazmín estaba segura que ser atropellada y despertar en el cuerpo de la protagonista de una saga de...
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Vi una deslumbrante luz nívea al abrir los ojos. Estaba confusa. Mis pensamientos eran inconexos y se perdían entre sueños y pesadillas.
Estaba en una habitación desconocida de paredes blancas. Unas persianas bajadas cubrían la pared que tenía al lado. Las luces brillantes que tenía encima de la cabeza me deslumbraban. Recostada en una cama dura y desnivelada con barras. Las almohadas eran estrechas y llenas de bultos. Un molesto pitido sonaba desde algún lugar cercano Intenté recordar cómo había llegado allí, sin conseguirlo al principio. Luego, me acordé del elegante coche negro, el coche negro que impacto de lleno mi cuerpo al salir de trabajar. Unos tubos traslúcidos se enroscaban alrededor de mis manos y debajo de la nariz tenía un objeto pegado al rostro. Alcé la mano para quitármelo.
—No lo hagas. Unos dedos me atraparon la mano.
Ladeé levemente la cabeza y me encontré con un rostro desconocido. Era un hombre de mediana edad. Su cabello era rizado, de color castaño oscuro. Sus ojos de un marrón chocolate. Tenía una mueca de alivió plasmada en el rostro.
— ¿Dónde estoy? — pregunté, pero al instante me percate que mi voz no era mía. Entonces me asusté.
Mire rápidamente mis manos percatandome que eran de un color demasiado claro, yo era morena, ¿dónde estaba mi piel naturalmente bronceada? ¿Me hicieron un blanqueamiento mientras dormía? ¿Ahora parecere Michael Jackson?
—Shhh... —me acalló el hombre —. Ahora todo está en orden.
— ¿Qué sucedió? No conseguía recordarlo con claridad, y mi mente parecía resistirse cada vez que intentaba rememorarlo.
—Te lánzaste de un acantilado. ¿Es que te gusta verme preocupado Bella? —susurró con voz atormentada.
¿Bella?¿Será un apodo o algo así? Mi nombre es Jazmín, y ¿Quién era este hombre para decirme Bella? No recuerdo tener un sugar.
— Creí que habías mejorado, pero al parecer no es así — mencionó el hombre con frustración — no puedes estar así por un muchacho Isabella.
¿Isabella? ¿Muchacho? ¿Qué diablos está pasando?
—De no haber sido por Jacob que te saco del agua, no se que habria pasado...
¿Jacob? ¿Agua? Por mi casa ni albercas hay.
—¿No piensas decir nada? — dijo el hombre mirándome.
—¿Lo siento? — atiné a decir a pesar de la nube de confusión en mi cerebro.
—¿Lo sientes? — preguntó el hombre confuso — si, este... claro, voy a llamar a tu madre, estaba preocupada.
El hombre salió de la habitación dejandome sola con mis pensamientos. Espera un segundo, ¿Mi madre? Pero si ella murió hace cerca de dos años. ¿Por dónde la piensa contactar?¿Por ouija?
