Ante ese vistazo, Némesis giró la cabeza en mi dirección.

Hicimos contacto visual por segundos que parecieron ser eternos, pero fui yo quién decidió romperlo al llevar otra vez mi vista al chico frente a mi.

—Ya no sé que tiene que ver con ellos. —respondí con un tono de voz cansado— De seguro les encanta el misterio como para no poder decirme lo que pasa.

—¿Y piensas acercarte a ellos?

Dude por unos momentos de mi respuesta, es decir, eran mis mejores amigos desde el primer año. ¿Realmente esta amistad podía romperse así como así por algo que yo no sabía?

Quizás había una solución, pero yo no era la que debía buscarla.

No hice nada malo.

—Creo que no. —dije con cierta duda— Es mejor así.

Él se encogió de hombros. —Bueno, en caso de que quieras nuevos amigos, eres bienvenida con nosotros.

Solté una risa ligera, contagiándolo.

—¿Crees que encaje bien con los Hufflepuff?

—Más que bien, tu apariencia ya es como de una Hufflepuff. —me guiñó un ojo con diversión— Eres una de las pocas Slytherin que nos agrada.

—Me pides que me junte con ustedes pero ni siquiera sé tu nombre.

Abrió los ojos casi con horror.

—Lo siento, los siento. —su rostro se tornó a un color algo rojizo— Soy Dylan, Dylan Beckham.

Estiró su mano hacia mi, y yo de inmediato la estreché con la mía.

—Es un placer. No creo que sea necesario presentarme, parece que ya me conoces bien.

—No tan bien, pero lo suficiente para entablar una conversación normal. —opinó, volviendo a cruzar sus brazos sobre la mesa— Oye, ¿y al final leíste la carta?

Parpadeé.

—¿Qué carta?

—La carta que te entregué el otro día... entrando al comedor.

Mi boca se abrió de inmediato, y llevé una mano a mi frente para golpearla con cuidado por el hecho de ser una total olvidadiza.

—La metí a mi bolsillo después de que me la entregaste, y esa chaqueta la dejé en el cesto de ropa sucia.

Suspiró. —¿Pero viste quién la enviaba?

—No lo recuerdo. ¿Dijiste que no sabías nada?

—No, como dije, sólo me dieron la orden de entregártela. —formó una mueca— Supongo que ahora tendrás que esperar a que manden otra.

—O quedarme con la duda.

Arrugó la nariz.

—Bueno, sólo espero que puedas saber de qué trataba. —comentó mientras se ponía de pie, levantando uno a la vez para salir del espacio— Y cualquier cosa que necesites podrás encontrarme en por los pasillos.

Le sonreí sincera. —Gracias, adiós.

—Adiós.

Ese vacío que se formó al momento en que se fue me hizo suspirar, alejando el plato con un suave empujón para imitar al chico que recientemente estaba conmigo.

Me puse de pie, agarrando el bolso ubicado en mi mesa para que con un simple movimiento quedara colgando en mi hombro.

Pero al hacerlo, escuché una queja a mis espaldas que me hizo girar de inmediato con espanto además de vergüenza por no haberme fijado.

SUNFLOWER | Harry PotterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora