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Una generación de alumnos se marchaba en busca de lograr sus sueños, una generación que sin duda será extrañada por toda la escuela, generación que se marcha para darle paso a una nueva, nuevos alumnos, nuevas caras y nuevas personas con sueños que cumplir, sin duda el director hizo un buen trabajo...

Lastima que este fuera detenido por desvío de fondos a una cuenta bancaria a las afueras del continente, donde más de quince millones de euros fueron desviados por parte del director Wilson, una lastima verdaderamente ya que era un excelente Director académico, cosa que solo usaba de fachada para incubrir sus desvíos de fondos.

Todos los docentes estaban algo preocupados por la situación, pues se necesitaría un nuevo director y era bien sabido que cada docente tenía  normas y formas para dirigir muy diferentes entre sí, así que mientras estaban a la espera de la nueva cabeza al mando del instituto, los estudiantes aprovechaban el mes de descanso que se les asignó mientras se resolvía el asunto en su preparatoria.

Por supuesto que todos estaban muy emocionados por el descanso, un mes extra de vacaciones no le hacía mal a nadie, pues las fiestas de adolescentes no se hicieron esperar, mucho menos para el chiquillo más deseado de toda la institución.

Harry Styles era sin duda el chico más codiciado y envidiado de toda la preparatoria, su vestimenta tan atrevida y a la vez adorable, junto a su actitud tímida y reservada, su círculo de mistad era diminuto y exclusivo, y no por tener complejo de Regina George o creerse el centro de atención, sino porque Harry era una persona muy reservada, le hablaba a todo aquel que le dirigiera la palabra, estaba dispuesto a ayudar a quien se lo pidiera, incluso iba a las fiestas que nunca faltaban en las vacaciones o los fines de semana, pero le gustaba más mantenerse al margen y solo atreverse a ser algo extrovertido con su grupo de amigos.

El no estaba al tanto que era probablemente la persona más codiciada de todo el lugar, pues lo que trataba de hacer era pasar desapercibido.

Cosas que no lograba pero no era consciente de ello, pues al ser un chico extremadamente guapo, lindo cuerpo y perfecta actitud, sin mencionar su estilo para vestir, con esas cortas faldas y medias de red blancas o negras, sudaderas mucho más grandes que su talla o alguna camiseta con un logo de alguna banda en ella, anillos y collares, y el natural color carmin en sus mejillas, lo hacían sin duda una pieza de arte sumamente costosa.

Era de esas personas que con solo verlas podías decir "Dios, tiene todo, eres perfecto", pues aparte de lo apuesto, increíble estilo y tan hermosa personalidad, también era sumamente inteligente, y si se lo preguntan, el favorito de muchos de sus profesores.

En una de esas noches en las que se estaba organizando una fiesta de adolescentes, se encontraba Harry arreglándose para salir con sus amigos, el tiempo que se le dio a la institución para sustituir al director estaba por terminar, dejando solo un fin de semana más antes que volver al ciclo de clases normal y, por supuesto, conocer al nuevo director o directora de la preparatoria.

Harry se encontraba decidiendo sobre que atuendo usaría esa noche, eligiendo una falda plegada color negro con unas medias de red del mismo color, una camiseta tallas más grande blanca fajada dentro de la falda y unas botas negras con accesorios en ellas, anillos en ambas manos y un collar con un pequeño candado en el centro, en su mano llevaba una sudadera negra con un pequeño corazón en la esquina. Su cabello estaba algo desordenado llegando un tanto más arriba de su hombro, y finalmente eligió un bolso tipo mochila pequeña donde guardo algo de dinero, su celular, cargador y  condones, solo por si acaso.

Salió de casa y esperó a que su mejor amigo, Liam Payne, pasara por él, sintiendo el frío de la noche calar en sus piernas cubiertas por la red de sus mallas. Sin duda sería una buena noche.

Dear Mr T. Where stories live. Discover now