Capítulo 35

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El rubio se despierta a la hora de siempre, creyendo que el pecoso lo estaba esperando, pero al abrir los ojos todo estaba tan calmo, que en cierta forma preocupaba.

Bakugou: Buenos días... (No recibe repuesta) ¿Vas a querer seguir durmiendo? (Nada) Bueno, como quieras. (Le acaricia la cabeza y se levanta, dejando al chico en la cama)

El pecoso se quedó acostado en esa cama de pastos secos y el rubio salió a hacer sus cosas, buscar troncos, ver que no habia ningún cazador y demás.

El rubio vuelve a eso del mediodía ya con algunos animales, y con madera seca, perfecta para el fuego. Entra a la cueva y ve al chico que aún estaba acostado.

Bakugou: Che, como que ya deberías levantarte. (Deja las cosas a un lado y camina hacia él) Voy a hacerte el guiso que me enseñaste, ¿te parece? (Se sienta en la cama y pone una mano en la palma abierta del chico) Eu... ¿tenes frio? (Acomoda la capa) ¿Deku?... no me asustes, dale. Despertate que sino a la noche no vas a poder dormir (Lo movía levemente)

El pecoso estaba acostado, con ojos cerrados y con una sonrisita leve en su rostro. El cuerpo del pecoso al ser movido por el rubio vuelve a su lugar como una pelota, haciendo que el rubio se desespere.

Bakugou: DEKU NO JODAS (Literalmente lo estaba sacudiendo con mucha desesperación y frustración) No, no, no, no.... (Lo deja quieto un momento y se tapa la boca con el dorso de sus manos) No.... no podés dejarme... no de esta forma.... (Sollozaba, mientras sentía las lágrimas correr por sus mejillas. Acerca uno de sus dedos debajo de la nariz del chico para ver si sentía su respiración, y al no sentir nada trata de buscar su pulso) No tenía que ser así.... no quería dejarte ir... no me sentía listo... Quiero vivir más con vos.... Quiero... volver a hablar con vos... quiero volver a oírte... (Apoya la cabeza en el vientre del chico) Volve Izuku.... volvé.

El pecoso se quedó allí acostado, aun con sus sonrisitas por vivir una vida tranquila y poder cumplir varias de sus metas.

El rubio se queda llorando en silencio allí agarrando la mano fría del pecoso.

Bakugou: No.... tiene que volver.... tenes que volver. (Se aleja de él y agarra un libro que el pecosa tenía que hablaba de hierbas medicinales) Algo debe de haber.

El rubio pasa alrededor de 2, 3, 4 paginas buscando algo, pero todas esas hierbas eran para personas que se encontraban respirando. Él con sus lágrimas manchaba las páginas de aquel libro viejo hasta que encuentra unas hierbas alucinógenas que le habían llamado la atención.

Bakugou: Si no lo puedo traer.... tal vez pueda verlo...

El rubio deja el libro y corre por todos los bosques que habia cerca para encontrar esa planta. Al llegar a un bosque con árboles con copas de colores otoñales. Algunos de esos árboles eran altos los cuales contenían ese fruto alucinógeno, se trepa en el árbol y saca algunos frutos redondos rojos.

En el camino va comiendo esos frutos y al llegar a la cueva se sentía raro, más enérgico de lo normal y buscando al pecoso con su mirada.

Su cabeza estaba difusa y había cosas que le costaba entender. Entra a la cueva sin saber a dónde mirar, hasta que oye una voz distante.

Midoriya: ¿¿¿Estas bien???... ¿a dónde fuiste? (Preguntaba acercándose a él)

El pecoso apareció de repente frente al rubio, era igual como la primera vez que lo habia visto, con su cara redonda, estatura promedio y ropa limpia y prolija, el rubio de un impulso lo abraza para que no vea sus ojos llorosos.

Bakugou: Volviste.... (Decía en un murmullo mientras se aferraba al chico con fuerza) Estoy bien.... muy bien.

Midoriya: (Lo ve y lo abraza y acaricia su cabeza) Siempre estoy acá... no me fui, el único que se fue fuiste vos jeje. (Trataba de animarlo

En peligro de extinción. (Baku Deku)Where stories live. Discover now