3. Will no está

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6 de noviembre de 1983

Bueno, os haré un pequeño resumen de lo que había pasado estos últimos meses desde que nos habíamos mudado a Hawkins. 

Por obvias razones Jonathan y yo nos volvimos más unidos que nunca y lo bueno es que solía compartir la mayoría de clases con él, así que eso era un buen punto a favor, porque no conocía a nadie y no es como si quisiera conocer gente. Además, bastante tenía con el idiota de Steve que no dejaba de molestarme. Algún día tal vez me encontrara de un pésimo humor y sin paciencia y tal vez sería capaz de dejarlo sin descendencia.

Iba saliendo del Instituto para ir con Jonathan a mi casa porque la pringada no tenía coche aún, estaba ahorrando para uno, no quería joder a Jonathan con el tema, porque aunque no me dijera nada, tal vez le molestaba llevarme de un sitio a otro.

—¡Ferguson! —volteé los ojos y respiré hondo antes de considerar un homicidio. Me giré para ver a Steve corriendo hacia mí.

—¿Sí? —él llegó hasta mí con su típica sonrisa de idiota. Hace poco el inútil empezó una relación con la hermana de Mike, Nancy. Era una chica demasiado amable y muy aplicada en los estudios, pero no llegamos a hablar mucho, no sabía la razón ni tampoco buscaría una razón en estos momentos.

Aunque bueno, ellos decían que no tenían nada, pero tampoco es que me importara.

—¿Qué tal todo? —¿era en serio? Justo ahora me apetecía golpearlo en la cara.

—¿Solo para eso me gritaste? —le miré seria.

—Si —volteé los ojos y me di la vuelta para buscar a Jonathan, pero ni su coche estaba en el sitio de siempre—. Lo mato.

—¿Quieres que te lleve a casa? —negué siguiendo buscando, no me iba a dar por vencida— Oh vamos Maya, solo te llevaré a casa.

Hace unos dos meses conocí a Hopper y era un hombre muy divertido, pero raro. Solía ir a verlo y traerle de comer porque el idiota no cocinaba. Así que era su Chef por algunos días, podría avisarlo y que viniera a buscarme, a veces lo hacía.

Aunque tampoco es que quisiera molestarlo en estos momentos, seguramente estuviera ocupado.

—Da igual, supongo que iré andando —le miré y vi que tenía la bolsa para ir a entrenar. Por lo que sabía Steve jugaba en el equipo, así que supongo que hoy le tocaba entrenamiento—. Además, tú tienes entrenamiento. Así que no te preocupes por mí.

—Obvio que me voy a preocupar por ti, mira si quieres puedes esperarme a que termine el entrenamiento, tal vez pueda convencer a mi entrenador de salir antes —no tenía muchas opciones y aunque en estos momentos solo quería estrangular a Steve, podía quedarme y dejar que me llevara a casa.

—Bien, pero no hace falta que le digas nada al entrenador —él asintió con una pequeña sonrisa y los dos caminamos hasta la cancha. 

Una vez ahí, él se aseguró de que estuviera cómoda y luego se fue con los demás, yo me senté en los bancos, un poco alejada del mundo y me quedé ahí viéndolos entrenar. Steve era bueno jugando al baloncesto, no podía negarlo.

Una vez que terminó, esperé a que Steve se cambiara y no tardo mucho porque llegó con su mochila y con el pelo húmedo.

—Ya estoy listo —asentí con una pequeña sonrisa.

—Perfecto, pues vamos Harrington —él soltó una pequeña risa mientras salíamos de ahí para ir a su coche. Una vez que llegamos entramos y él puso el coche en marcha, en verdad hoy debía ir al trabajo de Joyce al menos unas horas, porque ella amablemente me ayudó a conseguir el trabajo, así que se lo agradecía bastante.

Love Of My Life ||Steve Harrington||Où les histoires vivent. Découvrez maintenant