Única parte

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Honestamente, Harry no es un gran amante de los veranos en Tolé, ni siquiera de los veranos en general, aunque tampoco se queja demasiado en voz alta al respecto porque sabe que no puede hacer nada para evitar que el sudor le corra por la frente sin mucha gracia, ni las manchas de sudor que aparecen debajo de sus axilas hasta volverse cada vez más notables a través de su camiseta por las temperaturas que no parecen hacer nada más que aumentar.

Ha intentado usar de las que no tienen mangas, especialmente porque meses atrás a su madre se le ocurrió la gran idea de comprar una cantidad absurda —y por eso se refiere a cuatro de ellas, colores diferentes, mismo estilo espantoso— de todas estas franelas que, si bien no parecieran de surfista sacado de una película de los ochenta, no le molestaría tanto utilizar.

También tiene que ver el hecho de que sus brazos son tan delgados como los de un omega de dieciséis años sin ningún tipo de entrenamiento, masa muscular que valga la pena desarrollar y una vida tan tranquila que puede rozar el borde del aburrimiento puede llegar a tener, y como definitivamente no tiene muchas ganas de presumir absolutamente nada, entonces se adhiere a su insoportable camiseta común y corriente y trata de continuar con su existencia sin complejos de por medio, ni horas extrañas delante del espejo flexionando los bíceps para llegar a ningún punto.

Es bastante normal, en cuanto a su existencia en particular, no tiene mucho que hacer ahora que ha salido de vacaciones y la mayoría de sus amigos no estarán cerca al tener que viajar con sus familiares a algún lugar que no recuerda, pero que con suerte si llegó a preguntar.

Se consuela sabiendo que por lo menos Mitch y Sara estarán cerca para hacerle compañía durante esos calurosos días cada vez más cercanos del infierno, pero no está muy seguro de sí eso también es algo por lo que deba celebrar cuando ninguno de los dos soporta el calor más de lo que él lo hace, lo que significa que, si llegan a juntarse en algún momento, solo serán un trío de sudorosos y malhumorados adolescentes que matarían por un baño de hielo o siquiera un helado.

Si lo pone de esa manera no le suena tan mal, y es exactamente por esa razón que sale de su básica habitación y baja las escaleras para llegar a la cocina en el primer piso. Le sale bastante sencillo el abrir el refrigerador, y un suspiro cargado de alivio abandona su garganta al momento en el que la fría brisa del electrodoméstico le da justo en la cara.

Tiene unas ganas inmensas de introducir la cabeza y quedarse a vivir en aquella temperatura tan agradable, un absoluto contraste con la del resto de su cuerpo que parece gotear con cada movimiento que da, pero se abstiene de hacer cualquier cosa ya que sabe que está allí con un propósito, y porque dentro está lleno de carnes congeladas que definitivamente no necesitan su mejilla frotándose en ellas con la esperanza de recibir un poco de esa helades.

Le echa un nuevo vistazo al interior, remueve unos cuantos paquetes que están en su camino y sus cejas terminan frunciéndose tan pronto como se da cuenta de que, de alguna manera, todas sus esperanzas se quiebran en un instante al no ver lo que está buscando. Un jadeo de indignación se le sale desde lo más profundo del alma y es una suerte que en ese mismo instante su madre entre en la cocina.

—¿No tenemos helado? —pregunta, aunque eso ya es un hecho para él y lo único que necesita es esa confirmación de su parte o tal vez una sorpresa.

Después de todo, su madre siempre parece encontrar cosas en donde no las ubica, como una especie de superpoder que sinceramente nunca va a entender.

Cierra la puerta de la nevera y la sigue con la mirada mientras ella se desplaza junto a la mesada hasta llegar a la despensa.

—Te comiste lo que quedaba ayer, cariño —le informa la omega con suavidad, un poco de aburrimiento en su tono porque ella tampoco soporta el calor y se nota que la está pasando mal por la forma en la que su cabello está hecho un moño demasiado alto y desastroso para el gusto del muchacho y su aroma natural es casi ácido —. ¿Recuerdas?

I am sixteen going on seventeen ✦ omegaverse [ls] | ✓Kde žijí příběhy. Začni objevovat