‒ ¿Qué situación? ‒sigue interrogando el abogado.

‒ Éramos muy jóvenes, yo tuve complicaciones con los estudios, pero no me rendí y pude graduarme, a él no le importaba, y no estuvo cuando tenía vómitos ni dolores ‒lo dice con tanto sufrimiento, que tengo que reconocer que tiene talento para actriz.

‒ ¿Cómo reacciono el Sr. Mills ante la noticia de que iba a ser padre? ‒sigue el abogado demandante.

‒ Él se sorprendió mucho, se alteró culpándome de no haberme cuidado bien, cuando se tranquilizó, me pidió abortarlo, eso para mí era inconcebible, él no tenía la culpa ‒hace alusión al embarazo tocando su vientre‒ así que de todas maneras decidí tenerlo, después de nacer nuestro primer hijo Patrick tomo la responsabilidad de padre, pero nunca pensé que se comportaría así.

‒ Como pueden ver mi cliente es víctima de un error común en mujeres jóvenes sin experiencia ‒mentira tras mentira; Helen cuando se metió conmigo tenía más experiencia que yo‒ aun así decidió hacerle frente de una manera muy valiente, pero el Sr. Patrick después de no querer saber nada de mi cliente, regresa reclamando su paternidad. Esto sonaría muy dulce de no ser porque las intenciones, que era manipular a mi cliente valiéndose del sustento económico, que a pesar de eso no cumple bien, no más preguntas ‒toma asiento.

‒ Tiene la palabra la parte acusada ‒autorizo la juez.

‒ Gracias su señoría ‒la abogada se levanta y se dirige hacia el estrato‒ ¿Sra. Morton puede explicarme como logro terminar sus estudios estando embarazada?

‒ Al principio seguí asistiendo a clases normales, pero paso el tiempo y cada vez se notaba más la barriga. Tuve suerte que los dolores de parto me dieron justo a mitad de una revisión médica, me preocupe de llevarme mi hijo a la universidad; mis padres además no querían ayudarme, así que conseguí una niñera que lo cuidaba mientras yo iba a clases hasta que me gradúe y me pude hacer cargo yo misma.

‒ ¿Y dice que fue usted la que busco a alguien que se encargara de su bebé? ‒por supuesto que no fue ella, si lo primero que quería hacer desde de que Lucían nació era dejarlo en un orfanato.

‒ Así es, no quería dejar de estudiar: era para garantizar mi futuro y el de mi hijo ‒que conmovedor para ser actuado.

‒ Y si esa era su visión ¿Por qué no ha laborado en todos estos años?

‒ ¡Objeción su señoría! Esa pregunta esta intencionada para dañar la imagen de mi cliente, queriendo reducir su calidad de madre con la falta de trabajo ‒aun haberse quedado a cuidar de los niños, eso no es escusa para que a estas alturas diga que no pudo trabajar.

‒ Por favor abogada le recomiendo que cambie la pregunta ‒pidió la juez.

‒ Muy bien, ¿Qué sucedió después de su graduación?

‒ No encontré trabajo rápido, la niñera no quería seguir trabajando así que tuve que quedarme a cuidarlo, me confié porque él me prometió que se encargaría de mantenernos ‒se refiere a mí.

‒ No más preguntas su señoría, pero pido un cambio de testigo la señora Clare Williams ‒al escuchar ese nombre la cara de Helen cambia drásticamente, al parecer no se había dado cuenta de la presencia de la mayor.

Helen vuelve a su lado, y desde mi lugar puedo ver cómo le lanza una mirada aterrada a la señora Clare cuando pasa por su lado, la señora Clare hace el juramento y se sienta en el estrado esperando las preguntas de mi abogada.

‒ Bien, señora Williams ¿desde cuándo es vecina de mi cliente y su exmujer?

‒ He sido residente en el barrio donde vivimos desde hace mucho antes de que ellos llegaran, he sido su vecina desde que se mudaron.

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