Capítulo 32 - ...eso es lo que pasa.

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-¿Qué pasa?

No contesto, solo trago saliva y después de mirarle a los ojos miro hacia otro lado de la habitación. ¿Por qué no puedo seguir con esto y ya está?

-Mia... ¿Qué pasa? - me acaricia el óvalo de la cara y por más que lo intente ignorar, no puedo evitar serenarme un poco.

Le miro a los ojos y veo su ceño fruncido. No quiero que esto acabe mal por mi culpa.

-Nada, perdona sigue. - carraspeo y me coloco mejor debajo suyo pero él no se mueve.

-En serio, no pasa nada sigue.

-Para empezar, no era yo el que estaba haciendo algo, así que la que tendría que seguir eres tú - lo dice con un tono de burla y una sonrisa en la cara que no hace más que divertirme - y para acabar, creo que nos vamos conociendo y sé que te pasa algo así que por favor, ¿puedes decírmelo para que así pueda volver a perder la cabeza como lo estaba haciendo minutos antes?

Me río y él parece agradecerlo. Pero ahora me da vergüenza decírselo.

-Vamos nena, no te vuelvas tímida ahora, no es el momento. - me susurra acercándose a mi boca.

Vale, respiro hondo y señalo con el dedo hacia abajo.

-Bien, eso de ahí abajo es el problema. ¿Contento?

Sigue mi la dirección de mi dedo y se queda ahí mirando unos segundos. Después de lo que parecen años, vuelve a subir la mirada y tiene una sonrisa de idiota dibujada en la cara.

-Yo lo veo todo perfecto por ahí abajo.

Tardo una decima de segundo en comprenderlo. No estaba mirando hacia abajo para mirarse a él, sino a mí que como esta ya claro, estoy desnuda.

-¡Mierda! - Bajo las manos y me tapo como puedo de una manera inútil. Él solo se ríe y agarra mis manos por encima de mi cabeza.

-Sigo sin entender el problema.

Quiere que se lo diga, es un capullo y está obligándome a decírselo para que me muera de vergüenza.

¡Pues no lo voy a decir!

-Vamos nena, dímelo. - baja la cabeza y juguetea con el lóbulo de mi oreja, lo masajea con su lengua y después de un tirón, lo muerde y yo me derrito. Me derrito y claudico.

-Eres muy grande Ray, ese es el problema.

Levanta la cabeza y me mira, pero para mi sorpresa no con una sonrisa arrogante, sino con una comprensiva.

-No todo es lo que parece.

-¡Oh vamos! Me vas a decir que entonces llevas relleno en los calzoncillos.

Se echa a reír y no puedo evitar hacerlo yo también.

-No, no llevo relleno. Solo quiero que entiendas que ni yo soy tan grande ni tú tan...

-¿Tan qué?

Se lame los labios y me susurra al oído.

-Ni tú tan cerrada.

Trago saliva.

-Entiendo.

-Ahora, si no quieres seguir lo entiendo, pero entonces tendré que irme porque necesito descargar tensiones.

-¡No! No te vayas, yo puedo hacerlo. - le suplico como una estúpida. Quiero hacerlo, pero me pongo nerviosa. Supongo que es algo normal en toda mujer.

-No iba a irme Mia - me sonríe de lado - era una broma. Pero lo digo en serio, no tiene que ser hoy.

-Quiero hacerlo - vuelvo a colocarme debajo de él y le empujo del cuello para que se acerque a mi boca - es solo que no tuve una buena experiencia y tengo miedo de que se repita lo mismo.

BOXEA COMO PUEDAS (Completa)Where stories live. Discover now