- ¡Azul matte! -respondió ella desafiante cómo siempre y enojada por no dejar de pensar en su hermana pero por el rabillo del ojo pudo ver una silueta- ¿Satín?.
La mencionada se acercó caminando y se puso junto a su gemela.
- ¿Qué tal? Seda-
- ¿Qué haces aquí? ¿No estabas ordenando el cuarto de Sting?
- Riff y yo ya terminamos, Sting estará bien, solo unas semanas y ya lo vamos a conocer. -Satín dijo alegre pero miró mejor a su hermana.
Se había dado cuenta hace tiempo de que su hermana parecía más distante desde la noticia del bebé.
- Seda ¿Qué te pasa? -
- ¿A mí? Nada. -respondió la azul igual que siempre.
- Seda. -continúo la rosa alargando la última letra.
- ¡Agh! Tú ganas -la azulada cruzo los brazos- Está bien, me estoy cansando desde que supimos de tu embarazo.
- ¿Estás cansada? ¿Por qué?-
- No sé cómo explicarlo Satín pero desde que supimos que tendrías un bebé nos alejamos bastante, entiendo que tengas que encargarte de Sting así como Riff pero la verdad el trabajar sola no es lo mismo -tras mucho tiempo se notaba tristeza en las palabras de la fashionista- Digo, peleabamos mucho pero el tener ideas tan distintas hacía que cada trabajo fuese único y siempre encontrábamos cómo resolver nuestras diferencias pero ahora... Estoy yo sola y se siente pesado y aburrido...
Satín miró a su hermana y la abrazó.
- Seda, entiendo que te sientas así, de hecho yo también he estado extrañando mi trabajo pero más extrañándote a ti, tampoco esperaba a Sting y se que tuvimos que cambiar por completo nuestra rutina pero... Se que Sting nos hará felices y encontraremos la forma de seguir juntas, se que Sting también te amará.-
Seda abrazó más fuerte y sonrió, ella no era de demostrarle tanto sus sentimientos y ésto para Satín era mucho.
Seda se separó entonces un momento.
- ¿Sabes?... Sting no es el primer bebé híbrido con uno de sus padres siendo de la tribu Rock.-
- Si ¿Qué pasa con eso?-
- Que casi todos los bebés híbridos que nacieron antes su lado rock fue el dominante.-
- ¿Y eso que tiene de malo?-
La rosada volteó la cabeza al oír pasos, por la puerta vió a su esposo llevando el huevo en su cabello suelto y empezó a hacerse ideas.
A la noche seguía pensando en el aspecto que podría tener su bebé, estaba sentada en su lado de la cama, bajó la mirada y miró a su marido quien ya estaba durmiendo y pensó:
- Que herede todo menos la nariz.-
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Tres semanas se terminaron, ya era de noche y tras un día largo la pareja había caído agotada sobre un montón de mantas en la habitación del hijo que esperaban, aún se tomaban las manos mientras el huevo estaba sobre la cabeza de Satín.
La troll pop apretó la mano de su esposo e inhaló con fuerza a la vez que abría por completo sus ojos, todo su cansancio desapareció.
Riff despertó más lento al escuchar a su esposa pero ella lo apuró con dos palabras.
- Se movió.-
- ¿Se movió? -Riff se recuperó y su sueño desapareció.
- El huevo se movió... ¡STING VA A NACER! -Satín se desesperó pero se obligó a mantenerse quieta por el huevo en su cabeza.
Riff tomó el huevo cuando escucharon el cascarón romperse, Satín agarró el huevo junto a su esposo a la vez que una grieta en el cascarón se hacía más y más grande y el sonido era más fuerte.
Ambas partes se desprendieron y cayerón al piso, la pareja quedó sin aliento. Satín tomó al pequeño y se apuró en envolverlo en una manta.
Era el troll más bonito que habían visto, piel violeta no tan brillante como los trolls de pop pero tampoco tan opaca cómo la de los trolls de rock, una pequeña nariz lavanda claro como su madre, un cabello semi largo y alborotado negro en las raíces como el de su padre y menta en las puntas como el de su madre, enormes ojos del mismo color azul que su padre los veían curiosos.
Satín empezó a sollozar al ver a su primogénito, era el bebé más lindo que nunca había visto, la mano de Riff agarro la suya y con la otra acunó a su hijo.
- Es hermoso. -llegó a decir el varón igual de emocionado al ver al bebé.
- Se parece mucho a tí -Satín dejó caer varias lágrimas por la emoción de ver a su hijo mientras lo acunaba con su esposo- Mi amor, ya somos padres.
Riff tomó el mentón de su esposa y la hizo verlo a la cara, ya no usaba su gorro pues pasaba mucho empollando el huevo, Satín lo miró a los ojos y en un movimiento rápido él la besó amorosamente.
El pequeño dejo salir su primer llantito y fue rápidamente acunado y tranquilizador por su padre.
Ya tenían a su primogénito con ellos, pasaron toda la noche con ese bebé al que tanto amaban y no dejarían de demostrárselo, pronto sus seres queridos igualmente admirarían al pequeño.
Hasta una pareja tan inesperada tenía ahora familia feliz.
