Epílogo

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Tiempo después.




Era un fin de semana tranquilo. Zhan se encontraba en la sala de estar de su casa, junto a sus mejores amigos conversando.

— ¡Espera! ¡¿Entonces me estás diciendo que esa familia de la que están hablando tanto por televisión es la familia de mafioso?!

Zhan suspiró.

— Amor, por favor deja que Zhan termine de hablar.

— Perdón, perdón. Habla flaco, ya no te interrumpo.

— Yibo y su familia decidieron salir del anonimato, pero no del todo. Si es verdad que son dueños de una de las empresas automotrices más grandes e importantes de aquí, pero son dueños muchas más que eso. Y pues si, básicamente es por eso de que son los dueños de esa empresa es que hablan tanto de ellos. Aparte de que creo que es Yibo quien la va a dirigir en un futuro no muy lejano.

— Después de todo si era de la mafia.

El pelinegro miró a su amigo con cansancio y este sonrió, guiñándole el ojo.

— Pero, atrapaste a uno bueno. Mis clases funcionaron, me siento tan orgulloso de ti cariño.

— San — llamó y este solo pudo negar.

— Está bien. Continúa.

— Es raro... Antes de que revelarán que eran la familia Wang, yo me sentía tranquilo. Y ahora... No lo sé — dijo bajando su mirada.

— Tienes miedo de que las cosas entre tú y él cambien — habló el mayor y Zhan asintió.

San se levantó de su puesto para sentarse a un lado del pelinegro, pasó su brazo sobre los hombros de Zhan, y suspiró.

— Creo que ya quedó bastante claro, cuánto Yibo te ama, a ti y mi sobrino. Lo ha demostrado una y otra vez, fue capaz de dar su vida por ti, se peleó y no solo con su familia, sino que también lo hizo consigo mismo para descubrir lo que realmente quería. Yibo ha crecido como persona y ha demostrado ese crecimiento con acciones. No tienes porqué temer ante los cambios pequeño, si hablan y confían mutuamente entre ustedes, entonces no existe razón por la cual  tener miedo. Y si es así, tranquilo, y solo habla con él. ¿Mhn? De todos modos, todavía nos tienes a nosotros.

YukHei también se acercó al pelinegro y tomó una de sus manos.

— Zhan, eres mi mejor amigo, y pase lo que pase, siempre voy a estar a tu lado. Si tienes miedo, está bien, seguiré estando a tu lado al igual que cuando éramos un par de adolescentes.

Tal vez fue eso lo que su mente quería escuchar, pues en ese mismo instante, pudo relajarse y sentirse tranquilo. Asintió dejando que sus dos amigos lo reconfortaran en un cálido abrazo.

Pero incluso antes de exponer sus inseguridades a sus amigos, se lo había pensado. Sí, tenía miedo, pero quizás su miedo no era tanto por el cambio en su relación. Más bien tenía miedo de volver a sentirse un ciego e inútil, y terminar perdiendo a Yibo. La vida había sido tan buena al permitirle volver a su lado, pero tenía miedo de estropearlo.







Algunas horas horas después, la puerta se abría principal se abría dejando ver a un pequeño Rulan entrando emocionado mientras llamaba a su papá.

— ¡PAPI! — gritó corriendo hacia El pelinegro y lanzarse a sus brazos.

Zhan sonrió al tener a su pequeño en brazos, lo levantó y este en su mejor muestra de afecto, se aferró al cuello ajeno dejando un sonoro beso en su mejilla.

— ¿Cómo les fue?

— ¡Súper! ¡Gege y yo nos subimos a muchos juegos, y comimos muchas cosas ricas! ¡También Gege sacó muñecos de la máquina de la garrita y me compró esta gorra! — dijo quitándose la gorra de ranita que tenía puesta.

The Promise [YiZhan]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora