Prólogo

125 19 2
                                    

Greek god body

Si hay algo que a Qian Kun le gusta es la mitología griega.
Se siente tan atraído por ella como por su compañero de trabajo y jefe, el perfecto Jung Jaehyun, o como él prefiere llamarlo, el andante cuerpo de dios griego Jung Jaehyun.

De solo recordar aquellos abdominales inevitablemente le coloreaba el rostro y sentía mucho calor.

Había sido un accidente, nunca tuvo la intención, jamás siquiera pasó por su divagante cabeza, pero sucedió y ahora cada que cerraba los ojos la imagen estaba ahí, sin querer borrarse o salir de su mente.

Si tan solo...

— Kun, ¿Te encuentras bien?

El mencionado reaccionó parpadeando varias veces para despabilarse y darse cuenta que, Jaehyun le miraba atentamente y... ¿Preocupado?
Negó para sí mismo, mientras que para el pelinegro le parecía ser la respuesta a su pregunta.

— Por favor vete a casa y descansa. —ordenó con aquella sonrisa angelical— Pareces enfermar.

— ¿E-eh? N-no... —dijo Kun demasiado nervioso— E-estoy bien.

— Tú rostro...

"Ay no"

Torpemente llevó sus manos a sus mejillas y por el reflejo metálico del ascensor notó que se encontraban totalmente rojas, consecuencia irrefutable de sus recuerdos de aquellos abdominales que pertenecían a la persona a su lado... o mejor dicho, de frente a él.

— S-so-solo... yo... ¿Corrí para llegar al trabajo?

Mentalmente se golpeó la frente por decir tremenda estúpidez, pues tenía auto y estaban en el ascensor subiendo del estacionamiento.

Río nerviosamente y retrocedió un paso cuando vio la cara confundida de Jaehyun.

— E-es decir... estacioné mi auto algo lejos del ascensor y-y por eso tuve que correr.

— Ouh, claro. —respondió el alto no muy convencido— Si te sientes mal no dudes en decírmelo.

Asintió varias veces con una dulce sonrisa.

— S-sí, lo haré.

Bajó la mirada queriendo tranquilizar su ritmo cardíaco.
El sonido del ascensor abriendo sus puertas fue ignorado por el bajito, pues solo se trataba del lobby, pero el que Jaehyun siguiera frente a él conllevó que con el aumento considerable de las personas en la caja metálica el pelinegro fuese empujado al fondo y llevándose a Kun con él.

El bajito tragó saliva al abrir los ojos percatándose de que la palma de su izquiera se encontraba sobre el fuerte y duro pecho de Jaehyun. Sus mejillas se tiñeron fuertemente de un rojo intenso al alzar la mirada y conectarla con la del pelinegro quien, por ciento, sonrió de forma... ¿Seductora?

No, eso no podía ser.

Jaehyun era conocido en toda la empresa como un ser de luz, un ángel, la persona más respetosa, amable y buena en todo el jodido edificio, era el jefe de departamento más querido de todos. Era el primer jefe al que, en lugar de desearle la muerte, se le llevaba sopa de pollo cuando enfermaba de gripe.

— ¿Kun?

— ¿S-sí?

— ¿Seguro que estás bien? —cuestionó nuevamente— En verdad siento que has enfermado.

El bajito asintió con la cabeza rápidamente.

— Estoy bien.

Jaehyun lo miró atentamente, parecía hacerle un escaneo por todo el rostro en búsqueda de alguna anormalidad, finalmente, suspiró aceptando la respuesta. Miró el reflejo del ascensor y luego volvió a mirar a Kun.

— ¿No vas a salir del ascensor?

— ¿Eh?

Alejó sus manos del metal al igual que se retrocedió de Kun para señalar la pequeña pantalla que claramente marcaba el número 7.

— Es tu piso.

Tan ensimismado se encontró el menor en la sensación que persistía en su izquierda que tardó en darse cuenta que, de no ser porque Jaehyun se había alejado, él seguiría tocando aquel pectoral de dios griego.

Solamente cuando se encontró sentado en su silla y esperando a que la computadora se encendiera fue que se percató que, en algún momento, el ascensor se había vaciado y que ellos dos no se movieron de aquella posición en ningún momento.

— ¡Oh Dios!

¡¿Por qué su jefe tenía el cuerpo de un dios griego?!

¡¿Por qué tuvo que ver aquellos abdominales tan cerca?!

¡¿Por qué no era suyo?!

No le quedaba más que trabajar y tratar de olvidar el reciente momento que vivió con su jefe.

— Ojalá pudiera ser Afrodita, —murmuró mirando el techo después de varias horas.

— ¿Por qué?

Creyendo que se trataba de Ten respondió desde el mismo lugar.

— Porque ella era hermosa y podía atraer a quien... —giró para seguir explicando, pero terminó gritando— ¡Ah! J-jefe... yo...

De nuevo tenía a Jaehyun frente a él, con una mano en el bolsillo del pantalón y con un vaso térmico en la otra.

— Solo quería ver que en verdad estás bien. —aclaró con una sonrisa— ¡Oh! Y también te traje café, desconozco cuál sea tu favorito, así que elegí Macchiato.

Dicho eso le extendió la mano con el café, a lo que Kun lo tomó demasiado nervioso, tanto que sus manos parecían sacudir maracas.

— G-gracias.

— Disfrútalo.

Giró para volver, pero se detuvo tras dar dos pasos y movió levemente su cuerpo logrando ver de nuevo al menor.

— Afrodita no es una buena opción. Ella estaba casada, pero engañaba a Hefesto con Ares.

— ¿Eh?

— Pero... Perséfone... —dijo con cierto afecto en tal nombre— ella logró amar y ser amada. Deberías considerarla.

Reanudó su camino con una sonrisa en el rostro dejando al menor confundido, porque él conocía otra versión de aquella pareja.
Solo se detuvo un momento para verlo tomar de aquel café que le dio.

Jaehyun llevó su otra mano al bolsillo, luciendo totalmente despreocupado del trabajo, pero más allá de ello, rogaba internamente porque aquel hermoso ser pudiera amarlo antes de que se comiera las cinco granadas restantes.

Hades amaba a Perséfone y ahora que estaba tan cerca, podía tenerla.


Coming soon...

Greek god body   -  [JaeKun]Where stories live. Discover now