Segunda parte. Mantengase a la espera.

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"Mantengase a la espera, por favor", "Mantengase a la espera, por favor"...

Mientras, espero a que me atiendan, si es que me atienden porque no tengo cita. Voy por una urgencia que me urge desde hace días y a nadie parece importarle. Será que se cansaron de mi inestabilidad, se habituaron a mis intermitencias a que nunca estuviera del todo bien, a mis quejas. Tanto decir que viene el lobo que...

La consulta de la doctora tiene la puerta entreabierta. Cada quince segundos se escucha: "manténgase a la espera, por favor." La voz me llega con nitidez, han dejado a el manos libres activado y nadie le presta atención al teléfono. Excepto yo, que no consigo abstraerme, aunque no se dirige a mi. La llamada la dejo suspendida, colgando en el aire mi doctora, que esta llamando al 061 por lo que le dice a la enfermera, a mi nadie me dice nada, nadie parece tenerme en cuenta. La enfermera parece marciana.

Tengo la sensación de que soy casi transparente, al menos translúcido, como si alguien me hubiera bajado la opacidad con Photoshop, soy una capa de relleno. Me pellizco para ver si estoy soñando y no me queda claro, vivo en un telefilme extraño, con ínfulas. Un telefilme de culto.

Mientras espero, escribo en la aplicación de notas del teléfono, tecleo en el teclado digital del iPhone. Voy tejiendo una especie de diario que narra mis sensaciones en estos días de confusión y tazas que se me escurren de las manos, de café con leche derramado que recojo sin fuerzas, exhausto. Un diario de la confusión, del penar.

Con este llevo ya dos episodios, muy breves, unas anotaciones sin importancia. Igual los pongo en Wattpad, total nadie los va a leer allí tampoco.

Strange daysWhere stories live. Discover now