'A pesar de lo mucho que te gusta llamarme la Voz de la razón es increíble como lo que te digo te entra por un oído para salir intacto por el otro. Eres una idiota. Y mi amiga.'
-Theodore Nott
Estar en casa nunca fue algo que disfrutara en realidad. Se sentía solitario y vacío, especialmente ahora, después de ir a Hogwarts la soledad del lugar solo resaltaba más que nunca. Tenía sus cosas buenas claro, pero no creyó que fuera suficiente para emocionarse por las vacaciones. Al menos no tendría que ver a su padre mucho.
Los días tras el inicio de las vacaciones pasaron tranquilos, leyendo libros en la biblioteca familiar o practicando pociones.
El 25 de diciembre llegó sin mucha emoción, excepto poder ver a su abuelo el cual siempre hacía tiempo para visitarlo este día cada año.
Ya habiendo desayunado se sentó frente la chimenea leyendo un libro esperando la llegada de su abuelo.
La chimenea se iluminó de un color verde, sabiendo lo que significaba se paró del sofá y se acercó para recibir a su invitado.
Un hombre mayor, con algunas canas entre el cabello negro, un cuerpo alto y delgado, vestido con ropa semiformal salió de entre las llamas. Sacudiéndose un poco, el hombre miró a su alrededor antes de posar sus ojos sobre Theo.
- Theodore, no te quedes ahí parado, ven - le saludo con una sonrisa y los brazos abiertos. Theo se acercó a él y lo abrazó - No creas que vengo con las manos vacías, ten - le enseñó un paquete, no muy grande, envuelto en papel de regalo multicolor.
- Gracias abuelo - aceptó el regalo. Se sentaron en el sillón y después de pedirle al elfo doméstico té y una galletas Theo empezó a abrir el regalo.
Tras haber quitado el papel se encontró con una caja, curioso la abrió y de ella sacó un... un ratón de juguete. ¿Qué?.
- ¿Qué es... esto? - preguntó extrañado Theodore.
- ¿Tú qué crees que es Theodore? - le pregunto con una sonrisa divertida.
- Un ratón de juguete - le respondió sin comprender.
- Oh, ¿crees que es para ti? - pregunta falsamente sorprendido su abuelo con un brillo en sus ojos dando a entender lo mucho que se divertía - Por favor Theodore, ¿para qué usarías esto? - le dio unas palmaditas en la cabeza - No, no, no, no, no... Eso no tiene sentido, esto Theodore no es todo el regalo - se giró como si buscara algo, Theo no podía ver muy bien qué pero no tuvo tiempo de cuestionarse cuando su abuelo se giró con una amplia sonrisa - Ahora sí, ten tu regalo - le extendió la mano la cual sujetaba un... un gatito.
¡Un gatito!
[...]
Night.
Así lo llamó.
Night.
No es original pero sí adecuado.
La bola de pelo era una gatita y tena un pelaje negro obsidiana con ojos celestes. Apenas tenía unas semanas de vida. Su abuelo le contó cómo pasaba frente a una tienda de mascotas y pensó que no había nada de malo en comprarle algo.
- Gracias abuelo - lo abrazó una vez más. Ambos observaron en silencio al Night explorando torpemente su nuevo hogar, era tan pequeño.
- ¿No vas a abrir el resto? - preguntó su abuelo sacándolo de sus pensamientos sobre su mascota. Giró su cabeza para ver otros paquetes en la mesita de centro.
Uno por uno fue abriendo los regalos, la verdad se sorprendió de recibir regalos de alguien más que su abuelo.
- No olvides este - su abuelo le pasa un paquete envuelto en papel blanco con un lazo dorado. Había una nota, decía:
Para: Voz de la razón
De: La chica que ignora a la Voz de la razón
No pudo evitar reírse al leer la nota.
Abrió la cajita.
Había un relicario, uno de plata y ovalado, con un diseño simple pero elegante. Tenía un grabado al frente que no reconoció. Abrió el relicario y vio el lugar donde se pone la foto con una nota doblada. La sacó con cuidado.
A veces no viene mal tener algo físico para recordar
¿No?
Si.
A veces es necesario.
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Otro capitulo, otro regalo.
Espero que les haya gustado
Chao
~KitchenSink21~
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La historia de Alya Potter (AU de Harry Potter)
Fanfiction- Avada Kedavra - Después de la muerte de sus padres. Muchas cosas ocurren. El mundo mágico quería un salvador. Alguien quien hiciera su trabajo por ellos. Alguien a quien usar a su gusto. Pero el karma es una perra, y cuando Alya Potter llega al m...