- Avada Kedavra -
Después de la muerte de sus padres. Muchas cosas ocurren.
El mundo mágico quería un salvador. Alguien quien hiciera su trabajo por ellos. Alguien a quien usar a su gusto. Pero el karma es una perra, y cuando Alya Potter llega al m...
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Corvus aún estaba algo enojado con Ron por su actitud hacia Hermione. Sabía en el fondo que se sentía culpable por hacerla llorar, a pesar de tratar de ocultarlo, pero eso no quita el hecho de que ni siquiera se ha disculpado.
Comieron en un silencio algo tenso e incómodo, hasta que Quirrell entra:
– Troll – su grito resonó – Troll en las mazmorras – detuvo su carrera – Solo es un aviso – y procede a desmayarse.
– ¡SILENCIO! – sonó la voz del director sobre todo el bullicio – Por favor, mantengan la calma. Profesores conmigo. Prefectos lleven a sus estudiantes a las salas comunes –
Percy de inmediato empezó a gritar órdenes y movilizar a los Gryffindors fuera del Gran Comedor.
– ¿Cómo pudo entrar un Troll? – le pregunta Corvus a Ron cuando se acercaban a las escaleras.
– No me preguntes, se supone que son muy tontos. No pudo haber sido solo – le responde luciendo pálido – Tal vez es una broma de Peeves –
– Peeves no lo haría – dice Corvus mirando alrededor.
"¿Por qué siento que olvido algo importante?", pensó Corvus, "Oh no" pensó en cuanto recordó lo que olvidaba. Tomó el brazo de Ron y lo empujó a un lado de la multitud.
– ¿Qué? – le pregunta desconcertado el pelirrojo.
– Hermione – le responde – No sabe sobre el Troll – continua al ver el rostro confundido de su amigo, el cual abre sus ojos de miedo ante su declaración.
– De acuerdo, pero que Percy no nos vea –
Se alejaron del resto sin que nadie lo viera. Corrieron frenéticamente por los pasillos, y cuando dieron un giro una mancha roja los sorprendió.
Los dos chicos chillaron del susto, con un cómico sonido de ratón aplastado.
– Dios, no se supone que las chicas solamente son capaces de llegar a tales tonos agudos – les comenta una voz familiar.
– No es importante ahora – les comenta evasivamente – Vengan – siguen caminando hasta que ven algo que los deja perplejos.
Snape subía las escaleras al tercer piso, al pasillo prohibido específicamente.
– ¿Qué hace aquí? – susurra Corvus – ¿Por qué no está con el resto de los maestros? –
Ron se encogió, miró a Alya con la esperanza de que tuviera alguna respuesta pero ella de repente arrugó su nariz como la de un gatito – Mierda – los sujetos a ambos y luego los pegó a la pared.
