Amistad, descubrimiento y romance

Capítulo 11: Mis deseos no importan

Sonreí para mí mismo mientras negaba con la cabeza, sobándome los ojos los cuales ardían por las escasas veces en las que había pestañeado en los últimos minutos.

Era un boceto pobre, pero sabía qué había dibujado, y a quién. Era la espalda de Jai, la foto de perfil que tenía Yef en la aplicación de citas.

Suspiré, observé el dibujo y cerré la libreta.

Supongo que tanto dibujo mal hecho me quemó las pocas neuronas que me quedaban. Me pregunto si habrá alguna reunión estilo alcohólicos anónimos, pero en vez de eso que diga "e.e.c.s.m.a.a." o sea, "estúpidos enculados con sus mejores amigos anónimos", no lo creo... Quizá me sea más fácil hablar de esto con mi psicóloga; aunque llevo años viéndola ni siquiera a ella me animé a contarle sobre mis sentimientos por Jai y cómo me costaba admitir lo que sentía o al menos averiguar qué era exactamente este sentimiento, lo cual se vuelve curioso, ya que hasta le comento sobre mis sueños en los que aparezco desnudo para saber qué significan. Spoiler: tengo miedo a contar cómo me siento con honestidad.

A la cuenta de tres todos nos hacemos los sorprendidos.

1

2

3

No nos dimos cuenta de que ocultaste por mucho tiempo que te gustaba tu mejor amigo.

Me levanté del suelo estirándome, dejando salir un largo gemido de relajación después de que mis piernas pudieran estirarse al fin y salí de mi cuarto.

Definitivamente no quería pensar más en el dibujo de la espalda de Jai, y en por qué me había quedado exactamente igual, ya que aunque sea un boceto horroroso, en el mismo estaba cada mínimo detalle de su cuerpo.

El campus estaba vacío, ya era por la tarde y nadie quería, ni mucho menos le interesaba salir después de haber pasado todo el día en clases. Hoy tampoco lo había visto a Jai, y aunque teníamos una materia a la cual él no iba y yo sí, también teníamos otras dos en las que coincidíamos, pero que en las cuales, de todas formas, no lo había visto.

Con Kiento habíamos decidido salir hoy por la noche a tomar algo para poder conocernos, no le había dicho que no me veía interesado en salir a beber, la verdad es que solo le había dicho que si para poder distraerme y porque él se veía como una de esas personas con las que te es fácil confesarle tus secretos más graciosos o vergonzosos, como cuando se te sale un moco al estornudar en público. Bueno, quizás esas no son buenas anécdotas para contar en una primera vez saliendo con un nuevo amigo, no si no quiero que me deje de hablar porque mis temas de conversación son extraños, ¿qué pensaría si le cuento toda la historia discográfica de Harry Styles?

Sé que es el artista favorito de muchos, y también es mi caso, pero la gente se harta fácilmente cuando hablas de él "se viste así porque quiere llamar la atención" "solo tiene fama por 1D" "su música está sobrevalorada". Sobrevalorado mi culo. En fin, ¿por qué me fui de tema?

Volviendo al punto... Kiento me pidió que le recomendara algún lugar para salir, como él era nuevo en la ciudad no conocía nada que no fuera donde vive o la Universidad, y dado que yo tengo menos salidas que mi abuelo no pude elegir otro lugar que no fuera el bar al que Jai nos solía llevar con Mali, y sé que esto no ayudará demasiado a olvidarlo, pero peor es estar solo pensando en él una y otra y otra vez.

Comencé a caminar por el campus, el cielo había adoptado ese color característico que tanto amaba del comienzo del atardecer, con aquellos colores anaranjados mezclados con aquel amarillo pastel que se mezclaban hasta volverse uno y ser dignos de una fotografía. Mientras que los pájaros seguían volando de un árbol a otro, cantando y esperando a que la noche llegue para así desaparecer en sus nidos.