32: Trato hecho

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Llevé a mi séquito conmigo que era Camille, Sierra, Ashley, mamá y por supuesto Logan. Quien insistió en ser parte de esta experiencia de escoger un vestido de novia.

A pesar de estar embarazada no se notaba tanto mi panza, así que podría elegir cualquier modelo, y mi séquito estaba dividido en un modelo sirena y la otra parte en uno estilo princesa.

Yo buscaba algo que me hiciera sentir como una novia.

Kiara, mi organizadora había preparado todo en tiempo récord, el lugar sería una iglesia muy íntima que cuando la vimos, me enamoré completamente. Era un lugar no muy grande pero muy acogedor para luego pasar a la recepción al aire libre todo decorado en un estilo elegante con tonos de tona pastel y dorado.

Faltaban dos semanas aún y cada día debíamos aprobar algo, como el pastel o el coro.

-¡este me gusta!-dijo Sierra- Por favor pruébate este.

Dijo extendiendo uno ceñido al cuerpo que tenía transparencias y mucho brillo. Era un vestido muy bello, aunque también muy lejano a mi visión

-Esta bien-accedí.

Buscamos los más bonitos con la ayuda de Kiara, quien ayudo en todo momento a cambiarme y ver los más favorecedores.

Salí a mostrar el primero que eligió Sierra y cuando mostre mi vestido todos estaban boquiabiertos.

-¡Esto será más difícil de lo que pensé!-Dijo Camille- Te ves espectacular.

-No lo sé, quisiera algo más sencillo-reí excusándome.

-No puedes enamorarte del primero, ¿verdad?-dijo mamá.

-Así lo hizo con Cameron, así que si puede-bromeó.

-No hagas que te tire un tacón-lo apunté.

Me probé al menos tres más antes de llegar a uno que realmente me gustaba y me hacía sentir mariposas.

Era ligero, podía moverme y no sentirme incomoda. Tenía un diseño en la parte superior muy romántico y luego la falda caía. El escote favorecía a mis nuevas chicas que había crecido recientemente con el embarazo, y hacía que me sintiera como la novia que era.

Cuando salí, sentí un silencio que duró bastante, y cuando me volteé a ver a mis acompañantes, vi lagrimas en los ojos de mi madre y supe que éste era. Llamó a Max y le mostró por videollamada el vestido.

-Ay Dios...-susurró Logan- Lo hemos encontrado.

-Kiara, ¿Podemos ponerle un velo?-Preguntó Sierra.

Sonreí ampliamente al saber que había logrado la reacción que deseaba en este vestido.

Kiara ató mi cabello y me puso un velo e hizo que me girara al gran espejo y entonces no pude contener las lagrimas a verme así.

No sé si alguna vez soñé con casarme, realmente creo que ni en mis más locos sueños soñé que sería así o que me vería así de bien.

Vi como mi madre se paraba a abrazarme y la apreté muy fuerte a mí.

Pude ver también como Logan se limpiaba los ojos disimulando muy bien. Pero una vez que se acercó a mí, no pude evitar llorar en hombro.

-Te ves como una reina, esplendorosa-dijo en mi oído- Te quiero mucho, enana. Eres como una hermana.

-Lo sé. También te quiero-sonreí mirándolo a los ojos- Gracias por acompañarme en todo.

-Sé que Cameron llorará al verte-agregó Camille a su lado.

-Si no lo hace, es hombre muerto-dijo Sierra.

Hicimos un brindis-aunque yo solo con agua mineral- al finalizar la visita. Era un milagro encontrar un vestido, de hecho, Kiara pensó que sería lo más difícil de todos los preparativos. Aunque pensándolo bien puede ser que lo más difícil sea hacer bailar a Cameron un vals.

"Vestido Listo"-le envié por mensaje de texto a Cameron.

"Smoking Listo, bebé"-respondió él.

"Voy camino a casa con todos, así que vemos allá"-respondí. No esperé respuesta y guardé mi teléfono.

Cameron fue con Max, Nash y su madre a ver su traje. Habían llegado hace pocos días para la boda y habían ayudado bastante en cosas que no podíamos decidir, como por ejemplo la comida.

Me gustaba estar todos juntos nuevamente. Era como volver el tiempo atrás.

Todos me mimaban bastante y no dejaban que hiciera nada. Mi madre hacía la cena, Cameron lavaba los trastes, Max me daba masajes o me llevaba a cualquier lado. Yo solo debía sentarme y disfrutar de la compañía.

Camille bromeaba en que me aprovechaba de la situación, aunque ella es una de las que no me deja hacer nada y si tenía algún antojo, era la primera en correr a comprarme lo que fuese.

Sentía mi corazón lleno.

-Al fin te tengo para solo para mí-dijo Cameron una vez que nos acostamos.

Me acomodé dándome la espalda para estar más cerca de él, y él me abrazo atrayéndome lo que más pudo.

-Lo sé, ahora debes pedir hora para tener un tiempo a solas conmigo-bromeé.

-Luego de la boda, no creo que te deje salir del cuarto al menos en una semana-dijo en mi oído.

-Trato hecho.

Brave{Cameron Dallas & tú}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora