🔥 Capítulo 2 🔥

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Amelie

Mi respiración se vuelve normal después de un par de minutos sentada en la terraza dejando que el aire me golpe el rostro. Bebo de la botella de agua que Iskander me trajo antes de que regresara a la sala de reuniones no sin antes comprobar que me encontraba un poco mejor.

Recordar las palabras de Iskander diciendo que era el nuevo director de la disquera y mi nuevo jefe la noticia me descoloco. Desde el primer día que lo conocí surgió una chispa entre ambos, desde entonces he preferido ignorarla a realmente aceptar que existe algo posible entre ambos.

El día que lo conocí fue uno de mis mejores días en la vida. Ese momento tiene un lugar muy especial en mi corazón, aun con el pasar de los años sonrió como tonta cada que recuerdo la forma tan inusual en la que me saludo.

Era mi primer día en la disquera. Un día antes acababa de recibir la llamada donde me indicaban que tenía el puesto como la asistente personal del director de la disquera.

La noticia me sorprendió muchísimo, en mis veintiún años que tenía en ese momento jamás había sido asistente de alguien, también era mi primer trabajo no tenía referencias que me ayudaran a obtener el trabajo.

Apenas crucé las puertas de la entrada me sentí intimidad por la magnitud del lugar. Fui recibida por la recepcionista quien muy amablemente me llevo hasta el piso donde se encontraba el señor Bustamante. Estaba por tocar la puerta cuando esta fue abierta. De la oficina salía Iskander, apenas me vio y me saludo muy a su estilo durante esos meses.

—Günaydın —pronuncio apenas me vio.

Fruncí el ceño extrañada con la forma en la que me hablaba.

—Günaydın, Bonjour, Buongiorno, Guten Morgen, Good Mornig, Buenos días —me saludo en aquellos idiomas.

—Buenos días —reconocí aquellos saludos, a excepción del primero que dijo.

—Merhaba, —fruncí el ceño con tan extraña palabra— ¿Wath's your name?

—Amelie —respondí cuando entendí lo segundo que me dijo— ¿Cuál es el tuyo? —pregunté.

—Iskander —extendió la mano y por formalismo yo correspondo el saludo.

Después de eso yo entré a la oficina con su padre y no lo volví a ver en el resto del día, pero dentro de mí su presencia e imagen se quedó grabada como el acento turco con el que me hablo y me hizo buscar el significado de lo que me había dicho.

Tomo mi telefono celular, busco entre mis contactos hasta que encuentro a la persona que busco. Presiono el icono de llamada y espero a que responda.

—Amiga, ¿puedes hablar o estas ocupada? —pregunto mi mejor amiga que está del otro lado de la línea.

—¿Qué pasa? Es importante.

—Iskander —menciono el nombre de él y con eso Amber ya sabe lo que pasa.

—Issac está ocupado planeando no sé qué cosa —menciona— Habla, tengo dos horas disponibles antes de que me comience a arreglar.

—El señor Franco hace unos minutos anuncio quien es su remplazo.

—Y es obvio que el merecedor de tal puesto es su hijo, Iskander. Recuerdas que te lo dije hace un par de días antes de viajar. —me recuerda lo que más temía y que era más que obvio que se cumpliría— ¿Cómo tomaste la noticia?

—Estuve a punto de desmayarme en medio de aquella reunión tan importante. Sentí que me faltaba el aire, las piernas se me debilitaron y por poco caigo al suelo haciendo el ridículo en medio de esa reunión. Pero lo que verdaderamente me afecto no fue el anuncio sino lo que me dijo Iskander al salir de aquella oficina.

El Fuego Entre NosotrosWhere stories live. Discover now