🔥Capítulo 8🔥

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Amelie

—Que cambiaba si te lo decía o prefería guardarlo. Preferiría no haber tenido nada conmigo o como soy una mujer bastante "manchada" que no merezco tener una vida fuera.

Salí de la habitación de Bruno con mucha premura, no quería recibir algún comentario hiriente de parte del chico que me gusta desde hace meses. No puedo controlar mis sentimientos, pero si puedo corar desde la raíz algo que no quiero que escale para mal.

—Espera Amelie —me tomó del brazo, deteniendo antes de llegar a las escaleras—. No hice esa pregunta para lastimarte. Mis palabras no tenían esa intención. Siento que te toque una fibra sensible, pero solamente estoy interesado en ti y si un hijo es parte de ti quiero saber de él.

—No hay manera que pueda hablar de él —respondo con lágrimas en los ojos.

—Si no me tienes confianza lo entiendo, pero me gustaría...

—No es eso, es que no se nada él. Se lo llevaron recién nacido y desde entonces no se sabe nada de él.

―¿Enserio? ―pregunta asombrado por mi confesión.

―Muy enserio.

Mi hijo fue secuestrado, robado, raptado, no sé nada de él. Hace casi cinco años que me convertí en madre, pero nunca he podido sentirme como una ante la ausencia de mi hijo. Mi madre ha intentado muchas cosas para no sumergirme en el dolor y la culpa, pero como le pides eso a una mujer que desde que supo de su embarazo se esforzó por luchar y preservar una buena vida para su hijo.

―¿Cómo sabes que se lo llevaron?

―Mi madre fue la que me lo dijo. Ella me dio la dolorosa noticia.

―Tienes alguna noticia sobre su desaparición. Me gustaría ayudarte con la búsqueda. No soy muy cercano a tu historia, pero te puedo ser sincero al decir que puedo tener una pequeña parte de tu tristeza. Hay días donde y extraño a mi madre, no puedo imaginar cómo te has de sentir.

Bajo la mirada. Lágrimas bajan por mis mejillas y sé que no tengo la mejor cara, por eso mismo prefiero que no me vea triste así le esté abriendo mi corazón contándole una mínima parte de mi vida.

―Cada que se acerca la fecha de su cumpleaños, los recuerdos de ese día me impiden llevar una vida común, cuando dentro de mí todo es un torbellino de emociones y miedos.

―¿Por ese motivo no estuviste en la oficina temprano? ―me pregunta levantando mi rostro.

―Así es. Hoy es el cumpleaños número cinco de mi hijo ―Luke saca un pañuelo de su abrigo y con el pañuelo limpia mis lágrimas.

―Tienes noticias sobre donde podría estar ―me pregunta volviendo a guardar el pañuelo en su abrigo.

―Hace años mi madre contrato un detective privado el cual ha estado siguiendo al "padre" de mi hijo para tener una mínima pista o posibilidad de saber dónde se encuentra, pero lo cierto es que nada ha sido tan revelador para confirmar que él fue quien se llevó a mi hijo.

―Cuenta con mi ayuda para lo que sea ―me abraza y deposita un beso en mi coronilla.

Sus palabras de alguna manera logran animarme.

―¡Luke! ―Bruno lo llama desde su habitación y el pelinegro se levanta a buscar a su hermano.

Me quedo sentada pensando en que mi hijo tendría actualmente la edad de Bruno y que de alguna manera pueda comparar al pequeño Bustamante con mi hijo desaparecido.

Luke regresa al pasillo y sus palabras me provocan un extraño revoloteo en mi pecho.

―Bruno quiere hablar contigo.

El Fuego Entre NosotrosWhere stories live. Discover now