¡Ah! Soy Lee Felix pero podría guardar mi número como Lixie porque soy bonito.
Minho tomó una bocanada de aire mientras pasaba los dedos en el barandal de la terraza del instituto, el frío golpeando su rostro y algunas hebras negras comenzaban a salirse de su sitio por rebeldía del gélido viento.
¿Qué hacia un Omega de último año ahí cuando sabía perfectamente que mañana le caerá un examen con mas de cien preguntas?
Pues, por alguna razón, Lee Felix -él popular Alfa- le había pedido venir hasta aquí, y todo de forma incógnita porque el Alfa solo le envío un mensaje que avisaba el anhelo de su presencia luego de salir de clases, cosa que a Minho se le hizo excéntrico, pero de todas formas se aventuró a descubrir el transfondo de todo este misterio.
¿Cómo mierda es que tiene mi número?
Le ganaba la curiosidad, oh, es demasiado decir. Minho además de ser un Omega algo impasible, era entrometido hasta el punto de siempre querer meter la narices las veces que algo le llamaba la atención, es por ello que han habido múltiples casos donde han sacado un golpe a su mejor amigo Jisung por chismoso. Pero este caso era algo que incluso su animal interior recurría a dar saltos de exasperación, saltos que solo anhelaban la llegada de Lee Felix y que le diga qué es tanto misterio, reduciendo el hecho de que el Alfa tenga su número sin que Minho se lo hubiese pasado.
En su mirada se impregnó el sol bajando silenciosamente y sonrió un poco ya que por fin llegó a domar un poco el frío que enfrentaba su cuerpo, ya iba a desfallecer ahí mismo porque gracias a su mente volátil olvidó traer consigo su ropa de cambio para deportes. La profesora Kang fue muy amable de prestarle el uniforme de su hijo menor, aunque eso no quitaba el hecho de que no estaba completo el conjunto, y aquello le ponía de muy mal humor.
— Hola, Lee. — saludo Minho, sonriendo al divisar al Alfa rubio llegar con algo detrás de él, al parecer alterado debido al aroma que desprendía, El Omega alzó una ceja, curioso por tan mala actuada presencia de nervios, así que se atreve ir al grano importando le poco que al frente suyo este su predestinado. — Mm~ ¿Para qué me citaste aquí?
Felix se sonrojo.
— Min-Minho hyung. — tartamudeo estirando sus manos hasta quedar una carta frente a Minho, bajando la espalda y un aroma a café inundando las fosas nasales de ambos, arrodillada. — ¡L-Lea mi carta, por favor!
Parpadeó por la sorpresa del momento, sin embargo, aun anonadado por el pedido del pecoso, tomó la carta entre sus manos, era una de color amarillo y algunos dibujos de corazones encima. Era un arte tierno a su parecer, un arte tierno que no tardó en abrir, primeramente por su impaciencia y porque al parecer Felix flaqueaba desde su estadía.
Se veía pequeño, tal cual cachorrito tonto y miedoso; pensó Minho desenvolviendo sus ganas de querer acercarse y besar su frente después de leer lo que había en el interior de la carta.
"Querido Minho hyung, usted es responsable de hacer latir mucho, muchísimo mi corazón. ¡Por favor, hyung, pare de hacer eso o me veré en la obligación de irme de la escuela!
Lee Felix"
¿Esto era una declaración? Pues existe Alfas que se declaran de muchas formas, pero esas son algo más sensatas o ¿esperadas? ¡El chiquillo temblaba, el Alfa se veía tan vulnerable, tan fácil de quebrar! A pesar de que Minho era su destinado, su Omega, dudaba de su elección. Entonces Lee Minho supo que el Alfa era diferente al momento que lo atisbo con los ojos agudos por su demora en remitir una respuesta.
— Felix-ah. — llamó y el Alfa levantó la cabeza, sus mejillas tan rojas que parecía que iba a explotar, a Minho se le hacia un poco divertido y tierno la vergüenza mal disimulada por parte del Alfa. — ¿Tienes un lápiz?
Obedientemente, Felix busco en sus bolsillos torpemente, sus mechones largos se agitaban en el proceso. Sus manos jugaron desesperado al no dar con nada pero luego aliviándose al obtener el tan preciado objetivo en sus cortos dedos. No demoró en sacarlo y entregárselo a Minho temblando, él merecía al menos rechazarlo al instante para que no duela o eso pensaba.
Pero se tragó todas sus inseguridades al leer lo que Minho escribió.
"Querido Lixie-ah, tú también eres el responsable de hacer latir mi corazón así que: ¡Por favor, no te vayas de la escuela, te voy a necesitar!
Lee Minho (tu Omega)"
— ¡¿Entonces eso es un sí!? — gritó Felix pegando un salto de la sorpresa, sus ojos casi saliendo de sus cuencas. Su sonrisa se hizo grandes cuando vio a Minho asentir. — ¡G-Gracias Minho hyung! ¡Prometo ser un muy, muy, muy buen Alfa con usted!
Reverenciaba sin cesar y Minho simplemente se reía nervioso, mientras pensaba del como Felix siendo un Alfa rígido en los partidos donde empleaba rudeza podría convertirse en prácticamente un cachorrito melindroso y torpe que sería su Alfa de ahora en adelante.
Pero Minho cuidaría de su Alfa necesariamente.
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Lee Félix. 18 años.
Alias "El mocoso de Lee Minho"
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Lee Minho. 19 años.
Alías "El Omega del Alfa consentido"
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