ℂ𝕦𝕒𝕣𝕖𝕟𝕥𝕒 𝕪 𝕔𝕦𝕒𝕥𝕣𝕠

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Lucy miró a Hyung Sik y después a Peter.

—Pues si así fue, afortunada de ella porque está muy bueno —le dijo en un susurro. Después volvió a mirarlo, encontrándolo cada vez más atractivo.

Hoseok no parecía nada contento, se cruzó de brazos y se puso muy serio, tanto que incluso resultaba un poco intimidante.

—¿Cuántos días vas a estar? —preguntó Hyung Sik, y después sonrió. Tenía una sonrisa realmente bonita.

—No creo que muchos —respondió Cassandra.

—Podríamos vernos otro día, ya sabes, para recordar los viejos tiempos.

Cassandra sonrió también.

—¿Tienes el mismo número? —Hyung Sik asintió— perfecto.

—Nos veremos pronto, Cassie.

—Adiós.

Hyung Sik le sonrió una vez más y luego se fue.

—Qué le dieron a este —murmuró Cassandra, en francés—, está muchísimo mejor que como lo recordaba, y eso que antes no estaba para nada mal.

Cassandra no tenía idea de que Hoseok sabía hablar Francés, y en el momento en que escuchó ese comentario, se enojó todavía más. Sabía que no podía molestarse porque otro coqueteara con Cassandra cuando ellos ni siquiera se habían tomado el tiempo de ponerle un nombre a su relación, pero no podía evitar sentir que unos celos incontrolables se apoderaban de él. No podría reclamar ni decir nada y eso era lo peor. Aunque sonara posesivo, no quería que Cassandra tuviera que ver con otros, quería ser el único. Cassandra había tenido una especie de relación con Hyung Sik por mucho tiempo, no era algo serio, pero la pasaban bien. A pesar de que le había parecido que estaba más atractivo que nunca, ya no sentía deseo por él, no tenía ganas de volver a acostarse con él y eso la asustó. No quería estar con nadie que no fuera Hoseok y eso no podía ser así. Ella, que estaba acostumbrada a tener a quien quisiera, a no comprometerse ni involucrar sentimientos, de repente quería estar solo con una persona. No estaba acostumbrada a la exclusividad con nadie, no podía ser cierto que de repente quisiera estar únicamente con Hoseok. No podía dejar que las cosas se salieran de control, alguien como ella solo podía tener sexo sin sentimientos, no podía enamorarse, eso sería lo peor que podría pasarle.

Después de que terminaron de comer, se fueron a seguir con su recorrido por las tiendas, haciendo todavía más compras.

—¿Quién es el tipo que nos encontramos? —le preguntó Lucy a Cassandra, tan pronto estuvo segura de que Jungkook no estaba escuchándola.

Cassandra sonrió.

—Era el que me sacudía el polvo cuando vivía aquí.

Lucy la miró, sorprendida.

—¿Me estás diciendo que te lo cogías?

Cassandra asintió.

—Sí, al menos tres veces a la semana.

Lucy sonrió.

—¿Qué tal lo hace?

Cassandra miró a su alrededor antes de responderle.

—Es como una mezcla entre un dios griego y Christian Grey.

—Óyeme... ¿a dónde llamo para apartar una cita con ese dios griego Christian Grey?

Hoseok y Jungkook estaban a cierta distancia, haciendo grandes esfuerzos por escuchar esa conversación, y lo lograron. Intercambiaron una mirada, para nada contentos con lo que habían oído. Hoseok sentía que le hervía la sangre, ni siquiera entendía por qué le molestaba tanto la idea de que Cassandra hubiera estado primero con aquel imbécil y que le pareciera que era tan bueno en la cama. Se sintió todavía peor al pensar en que ella podía arreglar una cita con él e irse a revivir los viejos tiempos. Definitivamente no, no quería ni pensarlo, no podía permitir por nada del mundo que eso pasara. No quería que nadie la tocara, nadie que no fuera él. Sin decir nada, se escabulló lejos de sus acompañantes y desapareció cuando entraron a la tienda de Victoria's Secret.

𝓔𝓬𝓸𝓼 𝓭𝓮𝓵 𝓹𝓪𝓼𝓪𝓭𝓸 || 𝓙𝓮𝓸𝓷 𝓙𝓾𝓷𝓰𝓴𝓸𝓸𝓴Where stories live. Discover now