Humanos. Faunos. Siempre descritos como las unicas dos razas del mundo. Sin embargo, existe una tercera raza muy distinta a ambas muy poco conocida, que nacen con capacidades... extraordinarias, sin embargo son cazados porque esas habilidades no son...
Que llevados. En fin, venia a decir que volvi con una actualización de esta historia.
Este capítulo es mitad relleno, mitad trama. Además que introduciremos a otros mutantes importantes para esta historia y su futuro.
Sin más que decir, comenzamos.
Un nuevo dia empezaba, donde el cielo tenia unas cuantas nubes cubriendolo, pero aun asi se sentia la luz del sol. La gente se movia por las calles en su rutina diaria, incluso en fin de semana se veia la gente que iba a trabajar.
En esas calles, vemos a dos castañas, la diferencia, además de la vestimenta, siendo que una tiene orejas de conejo. La fauno se veia nerviosa mientras la otra tenia su mano en eo hombro de ella en señal de apoyo.
-Tranquila, ya falta poco.- Le aseguro Coco a su amiga.
-Lo siento.- Susurró en tono bajo la fauno conejo.
-Oye, no tienes porque sentirte así. Tu sabes que el Profesor Xavier y el Doctor McCoy estan para ayudarte.- Dijo la castaña con boina, no queriendo ver deprimida a su mejor amiga. -Te ayudaron cuando todo empezó, seguro lo podrán hacer ahora.-
Velvet le dedicó una sonrisa, con una lagrima deslizandose por su mejilla, la cual limpio rápidamente.
-Gracias.- Le agradecio el gesto Velvet.
-No me lo agradezcas aun, que aun debo patearle el traseo al niño bonito que te causo esto. Tal vez le robe el abrigo una vez que acabe.- Velvet se rio al oir las palabras.
Ambas llegaron a la entrada de la mansión Xavier a las orillas de Vale, donde Coco tocó el timbre.
-Profesor, somos nosotras.- Dijo al micrófono mientras la cámara de seguridad las veia.
Pasaron unos segundos esperando una respuesta, la cual obtuvieron al ver la puerta de metal abrirse, mientras escucharon la voz serena del profesor.
-Pasen, bienvenidas.- Ambas siguieron las instrucciones y caminaron rumbo a la mansión, donde ya habia alguien esperandolas en la puerta.
En la puerta estaba una mujer en sus 30, de piel morena, cabello blanco largo y ojos azul grisaseo. Vestia actualmente su ropa de maestra, que consistia en una blusa rosa y una falda blanca.
Velvet la reconocio inmediatamente a la mujer que a simple vista parece una profesora, pero sabian bien lo que ocultaba.
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-¡Ororo!- Exclamó la fauno castaña mientras se acercaba a la mujer.
-¡Velvet, hola!- Saludó la mujer, mientras la fauno se detuvo cerca. -Tranquila, supe de tu situación. Te debo el abrazo para después.- La fauno agradecio el gesto a la mutante.
