— Bueno, entonces ya me voy a dormir, descansa — sonrió levemente caminando hacia las escaleras.

— Descansa — respondió guardando los platos, yendo a su habitación, y luego al baño a tomar una ducha.

Sasuke ya se había recostado en la cama junto a Sarada, revisando que estuviera bien y sonriéndole, eso antes de recordar que tenía que ir al baño a quitarse los lentes de contacto, así que salió del cuarto directo al baño y entró como si nada.

Hizo lo que debía, el sonido de la regadera se le hizo extraño quizá no la cerró cuando se duchó, así que abrió la cortina de baño aunque no se espero encontrarse al rubio ahí.

— Ah, lo siento, lo siento — cerró la cortina tan rápido como pudo, quedándose ahí de pie, no es como si ver a tu jefe desnudo fuera algo normal o de todos los días ¿O si?

— El rubio tanteo un poco para encontrar la toalla y la amarró a su cadera antes de salir, claro que notó a Sasuke y el sonrojo que se comenzaba a ver en su rostro haciendo que pareciera un tomate.

No pudo evitar reírse un poco, se acercó a Sasuke que seguía, bueno, no estaba seguro de que hacia el azabache.

Pero se acercó a paso lento hasta él, no estaría mal jugar un poco — ¿Ahora que tienes? Dime Sasuke ¿No te gustó lo que viste? — preguntó tomando su mentón.

Estaba jugando a coquetearle, si claro, jugando, eso ni el se lo creía, era claro que sí le coqueteaba.

— Si... — respondió en voz quedita el Uchiha — No es eso, perdón, pensé que seguías abajo y eso...

Se quedó unos segundos viendo los ojos azules del rubio, antes de abalanzarse y pegar sus labios con los contrarios, eso le tomó por sorpresa al blondo.

Se esperaba una patada o un golpe, conociendo la naturaleza de Sasuke pero fue todo lo contrario.

Demoró un poco en tomar por la cintura al azabache, podía apartarse y era lo que iba a hacer pero fue de nuevo Sasuke quien lo jaló por el cuello para que no se apartara, en ese caso, si era por su voluntad, no habría problema de nada.

Cargo al azabache tomando sus piernas a los lados de su cadera, haciendo que las enredara, quizá era mucho contacto pero a Sasuke parecía no molestarle en lo más mínimo.

Eso fue suficiente para que Naruto abriera la puerta del baño y saliera rumbo a su habitación, quizá solo se estaban besando y Sasuke no quería llegar a más.

Pero la forma en la que se aferró después, lo hizo dejarlo en la cama, quedando entre sus piernas.

— No tengo excusas — habló cuando hubo un momento de espacio — Espera — se quedó callado en busca una respuesta que más bien fue una queja.

— Te amo, te amo Sasuke — con su mano derecha tomo su mejilla y lo beso tiernamente.

— También te amo — devolvió el gesto de tomar su mejilla.

El como Sasuke movía levemente la cadera era una señal muy clara, el pantalón de pijama que traía, fue lo más fácil de quitar, sin perder la oportunidad de tocar lo suave que era su piel nivea.

Llevó sus manos al trasero del azabache escuchando un jadeo, ya lo había escuchado gritar, enojarse, reírse pero nunca imagino que adoraría ese sonido salir de su boca.

Solamente parecía complacido por la situación en la que se encontraban, besaba sus labios, el como el sabor de su boca y besos era totalmente dulce, parecía algo afrodisíaco.

Terminaron de desnudarse, sintiendo las manos del contrario, dando escalofríos de placer eran espacios por todo su cuerpo , ese placer que se transformaba en suspiros que no podían contener.

Le volvió loco el hecho de que Sasuke se derretía en sus manos cada vez que lo embestía una y otra vez sin descanso.

Ambos se sumían y se dejaban ser en brazos del otro, terminó tomando al azabache, hundiéndose en lo más profundo de él, sus sentidos se volvieron inútiles y solo se concentró en amarlo profunda y perfectamente.

Parecía que sus cuerpos habían sido creados el uno para el otro, la forma en la que encajaban y se unían, esa noche el destino supo cómo hacerlos delirar, sintieron el deseo, volviéndose adictos a los labios del otro.

La noche fue larga, pero Naruto lo dejó dormir, era la primera vez que podía contar todas sus pestañas una por una, contemplando a detalle sus facciones.

Vio la luz de la luna que lograba colarse por la ventana, acurrucó a Sasuke quien dormía en su pecho a la vez que acariciaba su cabello.

Por la mañana se levantó, dejando a Sasuke dormir, ese día no tendria que ir al trabajo así que lo mejor que se le ocurrió fue hacer todo de lo que se encargaba el azabache.

Vio bajar por las escaleras a la pequeña Sarada que se tallaba el ojo e hipaba levemente,  cuando la tuvo frente a él le dió ternura, no iba a negar que le había agarrado demasiado cariño a la niña.

Era prácticamente Sasuke chiquita, y con vestido.

— ¿Por qué lloras mini-Sasuke? — preguntó con curiosidad y se colocó de cuclillas.

— Cuando me desperté mami no estaba en la cama — murmuró bastante quedito.

Así que quería saber dónde estaba Sasuke, le agarró la cabeza para que se calmara — Tranquila, no se fue a ninguna parte.

Cómo la casa estaba en total silencio escuchó el sonido de la ducha, ahí estaba la explicación para la niña.

— Sasuke se está bañando, tranquila — le revolvió el cabello y la vio irse casi corriendo.

— Espero que no le duela la cadera — dijo para si mismo, pero al parecer no fue el caso cuando lo vió bajar las escaleras y detrás de él a Boruto y Sarada.

— Pareces mamá pato — se burló el rubio   señalando a los niños.

— Pero si es mi mamá — aclaró Sarada con una seriedad que nunca había visto en una niña tan pequeña, y pensar que hacia unos instantes estaba llorando.

— Yo me refería a que los patitos siempre van atrás de su mamá — señaló el punto al que hacia comparación.

— Sasuke tiene corte de pato — dijo Boruto señalando la cabeza del azabache.

— Si, y también la cola grande como la de un pato — murmuró Naruto tratando de ser lo más discreto posible pero por lo visto Sasuke si alcanzó a escucharlo, o eso dedujo por el sonrojo en la cara del susodicho.

— Es que ya tiene el cabello muy largo — volvió a hablar Sarada con una sonrisa, el rubio agradecía que los niños fueran pequeños e inocentes porque en definitiva iba a usar demasiado el doble sentido.

Pero lo que si no pudo evitar fue ver cómo Sasuke cogeaba un poco, así que evitaría reírse de él.

Sus miradas se cruzaron por un momento haciendo que ambos sonrieran discretamente, con complicidad.

La noche anterior en definitiva era un nuevo comienzo para la cercanía que tendrian de ahora en adelante.

El amor llegó a papáWhere stories live. Discover now