En la distancia...

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Volví mis pasos para regresar a mi hogar luego de el inesperado beso y el portazo que se atrevió a dar esa chiquilla precoz.


La sensación cálida en mis labios aún persistía aún después de varios minutos de haber concluido aquel beso.

Esa dulzura también fue acompañada por aquel encantador susurro que seguía rebotando en mi mente y hacía latir un poco más mi corazón:

"... Este beso te lo estoy dando por la misma razón..."

Lo único que arruinaba la sensación (y me regresaba a la realidad) era el dolor en mi brazo que seguía resintiendo los golpes de esta chica: Un recordatorio de que no debo hacerla enojar.

...

Continuaba mi camino metido en mis pensamientos, pero una sensación de intranquilidad palpitaba advirtiéndome:

Alguien me vigila.

Aquella ansiedad continuaba en aumento a medida avanzaba. Apresuré un poco el paso: Quería que esto terminara ya.

La escasez de faroles repartidos por las angostas callejuelas de Oborozuka daban un aspecto lúgubre al sendero que recorría.

Me siento tan intranquilo ahora. Cada obstáculo en mi visión parece el lugar perfecto para que aquella presencia me sorprendiese indefenso. A pesar de eso... Me negaba a mirar hacia atrás: me daba pavor lo que podría ver.

Opté por continuar haciéndome el tonto e intentando negar la evidente tensión que me torturaba.

No soy alguien particularmente miedoso, pero aquella presencia anónima llenaba la atmósfera con una misteriosa presión ante la cual me sentía impotente... Podía sentir su mirada clavarse sobre mí.

Decidí trotar ligeramente para poner un poco mas de distancia y recortar el tiempo de llegada a mi hogar...

Tap tap tap

Oí unos pasos en la calzada opuesta y reuní un poco de coraje para echar un vistazo atrás...

Solo había un auto estacionado. Pero mi subconsciente me gritaba que había algo escondido detrás: La curiosidad me hizo parar en seco.

Tras debatir internamente finalmente quise saber a que me estaba enfrentando: rodeé lentamente el auto mientras cambiaba de calzada manteniendo una distancia prudente...

Estaba apunto de ver detrás cuando la luz lunar dejó ver una sombra proyectada sobre el asfalto.

Miré en la dirección opuesta para ubicar el origen de la sombra: una figura envuelta en una capa, sus ojos rosas resplandeciendo al contraste de la noche me observaban con mucho detenimiento.

Nuestras miradas se cruzaron por un segundo. Pude sentir fuerza y seriedad en su mirada y quizás... ¿Preocupación?...

La figura entonces saltó tras del edificio para ocultarse. Al parecer no estaba en sus planes ser descubierta.
Sin embargo, escondido detrás el auto continuaba alguien aún al acecho.

Había mas de uno siguiendo mis pasos esa noche... Decidí correr.

Tal como lo sospechaba, ahora la acera opuesta resonaba con las pisadas de quienes me perseguían.

La forma en que me miras.Where stories live. Discover now