Secuela de mi primera novela. Encuentrame🥀
(Si no has leído Encuentrame probablemente no entenderás los acontecimientos de la trama).
Historia +18, Si eres una persona sensible te recomiendo no leerla ya que incluye los siguientes temas: Drogas, se...
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"Tienes que despertar"
Es la primera frase que viene a mi mente, puesto que fue lo único que creí escuchar todo este tiempo en el fondo de mi subconsciente.
"Abre tus ojos porfavor"
Se repite continuamente, más no soy capaz de reconocer al dueño o dueña de esa voz. ¿Debería sentirme mal por ello?, Sinceramente no losé.
La inminente oscuridad es mi única compañera ya que no logro percibir nada más haya de ella, ni si quiera la más mínima luz. No se que esté pasando, mucho menos se en dónde estoy.
Aún así intentó hacer caso a lo que aquellas palabras me piden, pero desafortunadamente algo me lo impide, y simplemente no puedo.
"Trata de despertar"
Esa última petición resuena en mi cabeza, es dicha con tanta seriedad y ala vez con desición que inclusive, me hace pensar que quizás tal vez, no la pide nadie y soy yo únicamente quién trata de mantenerse al margen de la cordura.
"Despierta"
Aquélla palabra que en algunas ocasiones creí oirla arrastrando consigo dolor, logra incentivarme a no rendirme e intentarlo una vez más.
Con esfuerzo trató de sacudir lentamente la cabeza, mientras el temblor constante de mis párpados no cesa.
<<Yo puedo hacerlo>>.
Por un instante me siento capaz de poder abrir mis labios, intento hacerlo y una vez que lo consigo, doy una bocanada para llenar de suficiente aire mis pulmones.
<<Lo estoy haciendo>>.
Cuándo finalmente lo exhaló, siento como logró abrir mis ojos pero con mucho pesar.
Todo está borroso es difícil describir que hay a mi alrededor, pero tras parpadear un par de veces, poco a poco mi visión comienza a tomar claridad.
Lo primero que puedo enfocar es una sábana blanca cubriendo las que parecen ser mis piernas. Dicha está tan limpia y bien cuidada que incluso su blanco, se puede comparar con la fría nieve del invierno.
Al instante dejo de prestar atención a ello, puesto que un sonido constante suena alrededor. Despacio corro la mirada hacía el lado izquierdo, encontrándome con el objetó que lo provoca. Un monitor.
Dicho lleva la frecuencia de un ritmo cardíaco, con sutileza recorro la cantidad de tubos que están conectados a él para encontrar sorpresivamente, a la mayoría de ellos conectados sobre el dorso de mi mano y en parte de mi brazo izquierdo.
