Us [Heartstopper]

3. Al borde del llanto

Mientras todos los malos pensamientos de Nick, acerca de Harry, se manifestaban en su interior, un chico, extremadamente familiar, tocó el timbre. El rubio no se lo pensó dos veces antes de acudir a la entrada de la casa, para abrirle la puerta.

-Char- dijo a modo de saludo.

Su novio no vaciló a la hora de abalanzarse sobre él. Cuando, el día de antes, le había dicho que iba a necesitar un hombro sobre el que llorar, no estaba bromeando. Tao había sido su mejor amigo desde los once años; no podía imaginar las cosas sin él, y menos con todo lo que habían vivido juntos, desde que le sacaron de armario, pasando por el acoso, hasta todo lo que le había protegido y respaldo después.

-Hola- se limitó a responder.

Nick apenas tardó en corresponderle al abrazo. Entendía bien la situación, y le comprendía, y por eso mismo iba a ir con él a la despedida. Después de un minuto para que Charlie se pudiera recomponer, ambos iniciaron su camino hacia la casa de Tao. Una vez allí, no tardó en llegar Isaac. Elle ya estaba allí, según decían, desde hacía media hora. Todas las cosas estaban preparadas en el camión de la mudanza. Resulta Tao se iba a Lochinver. Lochinver es un pueblo de alrededor de seiscientos habitantes, situado al norte de Escocia, conocido principalmente por su puerto, el cual es frecuentado sobretodo por pescadores españoles y franceses, y cuenta ya con varias décadas de historia. Y todo eso incluye, ni más ni menos, doce horas, y más de mil cien kilómetros de trayecto, lo cuáles Tao iba a detestar.

Apenas unos minutos después de que se hubieran reunido todos, la señora Xao tuvo que dar la tan dolorosa notícia: debían marchar. Las lágrimas no se hicieron esperar, sobretodo por parte de Elle, quién fue incapaz de retener las cascadas que comenzaron a brotar de sus ojos y fue a parar a los brazos de Yan Xu -era innegable la buen relación que mantenían ambas-. Mientras que Tao se despedía de Isaac, Nick se mantenía firme junto a Charlie. Una vez le llegó el turno a este último, poco tardó el pelinegro en abalanzarse sobre Tao, quién enseguida imitó su acción. Ninguno quería esto, pero no siempre los cosas son como se desean. Unos instantes después, rompieron su abrazo.

-Te voy a echar de menos- dijo Charlie llorando.

-Yo también a tí- respondió su amigo, tratando de contener las lágrimas, viendo frustrada su intención.

Nick, quien estaba más atrás, observaba todo desde la barrera, para nada esperaba que Tao le dijera lo que le dijo, aunque no era muy difícil de imaginar.

-Nick-, le dijo después de llevarlo a un lado del grupo-, no pretendo irme mientras pienses que soy un desagradable. Sé que soy muy protector con Charlie, pero necesita alguien que le cubra, aunque no lo sepa. Le hicieron mucho daño el curso pasado, y no quiero que se repita. Confío en tí, y confío en que le protegerás, y que estarás para él siempre que te necesite, pero como me enteré de que le has herido, física o emocionalmente, soy capaz de volver, únicamente para defenderle.

-No le haré nada-, respondió Nick, quién se había mantenido neutro todo el tiempo-. Lo juro.

-Bien-, afirmó Tao antes de volver con el grupo, para formar un último abrazo grupal.

Una vez se hubo subido al coche, las lágrimas comenzaron a correr por las mejillas de muchos de los presentes -todos menos Nick, quién abrazaba a Charlie por el hombro-. Y cuándo el chico se comenzó a alejar, todo fueron llantos. Sin decir nada, Elle comenzó a caminar en dirección a su casa. Nadie mostró la más mínima intención de ir tras ella, de hecho, Isaac también imitó su acción, dejando a Charlie y a Nick solos. Cuando el menor giró la cabeza, para mirar a Nick, se pudieron apreciar sus bonitos ojos, azules como el cielo, bañados en lágrimas. Las mejillas las tenía ruborizadas. «De tanto llorar», pensó Nick. Eso mismo, le partió el corazón, y le abrazó, a lo que Charlie no se negó en absoluto. Tanto le apenaba, ver a su novio así, que él mismo empezó a llorar.