—Gracias hija —regresa a verme—. Vamos Ahmed.

«¿Por qué a ella le dice hija y a mí...? ¡Ah!, no me importa.»

Avanzo frente a ellas pues quiero entrar primero para que la atención de todos se centre en mí y no en ellas para no abrumarlas.

Abro la puerta y como era de esperarse, empiezan los flashes de las cámaras y gritos de los reporteros los cuales se encuentran a una buena distancia de nosotros. No logran pasar hasta donde estoy gracias a la seguridad que ha contratado mi padre, lo cual agradezco.

—¡Oğul! (¡Hijo!) —escucho, antes de recibir el abrazo de mi padre.

—Benim Ahmed (Mi Ahmed) —dice mi abuelo y se une al abrazo.

No me gusta este tipo de escenas frente a tanta gente por lo que me libero de inmediato. Ellos no se ven afectados por mi actuar pues me conocen bien.

—Sonunda buradasın, bilemezsin Allah'tan sana hayır getirmesi için ne kadar dua ettim, deden bile... (Al fin estás aquí, no sabes cuánto he rezado para que Alá te traiga con bien, incluso tu abuelo...) —se detiene mi padre cuando mira tras de mí.

Se ha formado un silencio absoluto. Incluso los reporteros han dejado de gritar.

Mi padre se tambalea un poco y mi abuelo me ayuda a estabilizarlo. Regreso mi mirada y noto que ya están aquí, mi esposa y Anastasia están tras de mí. Dan unos pasos restantes para quedar a un metro de nosotros.

—Bue-buenas ¿tardes? —empieza mi Sultana nerviosa—Yo, ella... Ahmed, ayúdame.

—¡Oh! sí. —empiezo a hablar en inglés.

Poniéndome detrás de ellas las acercó más hacia mi padre y abuelo que no han dicho nada. Sus miradas desconcertadas y nada discretas se intercalan entre mi Sultana y Anastasia.

—Padre, abuelo, antes que nada, les pido que hablen en inglés o no les entenderán. Ahora sí, esta es la sorpresa que tenía para ustedes —señalo a Anastasia—. Encontré a Anastasia y ...—señalo a mi esposa—, ella es...

—¿Mi hija? —interrumpe mi padre casi en un susurro.

—¡¿Qué?! —decimos mi abuelo y yo al mismo tiempo.

—Es mi hija... —mira a Anastasia dolido— Te llevaste a mi hija ¿Por qué me hiciste esto?

Antes de corregir su error, él se acerca y toma a MI esposa para abrazarla. Ella grita que la suelte y trata de alejarse de mi padre, está asustada. De inmediato reacciono acercándome para separarla de mi padre. Sé que su reacción es racional por todo lo que ha pasado en Vakirust, pero mi padre no lo sabe y se aferra más a ella.

—¡Suéltala! —escucho decir a Anastasia también preocupada — Ella no es tu hija.

Hago el último esfuerzo y logro liberar a mi esposa de los brazos de mi padre. Casi al instante ella me abraza y esconde su cara entre mi pecho. Mi padre, por el contrario, se ve algo confundido y dolido a la vez.

—Entonces... ella es... —continúa mi padre.

—Es mi esposa. —termino para que deje de hacerse ideas absurdas en la cabeza.

Ahora es mi abuelo quien se acerca en mi dirección e imaginando lo que quiere hacer, lo detengo antes de que llegue. Se que se pondrá de mal humor pues él odia que las personas sean maleducadas y no lo saluden como se debe.

—Por favor, no te acerques —me hace caso, pero se ve molesto—. Ella no puede abrazarlos ni verlos ahora. Les explicaré cuando lleguemos a casa, pero espero que me entiendan ahora.

Se Paciente Conmigo |TERMINADA|Where stories live. Discover now