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ELIZABETH AYDIN

No creo que todo lo que ha pasado hoy sea real, me he pellizcado varias veces y aun así no despierto. Desde mi juicio hasta mi boda, no puedo creer que ambas hayan terminado bien, bueno, casi bien.

Me quito la corona que Ahmed me dio para detallarla mejor y no puedo creer lo hermosa que es. Sin duda la atesoraré y trataré de no arruinarla como la anterior solo por un ataque de enojo.

—¿Por qué te la quitas? ¿No te gusta? —dice el hombre que ahora es mi esposo.

«Esposo..., suena tan irreal.»

—Claro que me gusta —abrazo la corona—. De hecho, creo que me enamoré de esta pieza de arte.

—No te descuides o la tiraré si sigues diciendo eso. —me la vuelvo a colocar para que no se atreva a quitármela.

—Está bien, está bien, no es necesario amenazarme gruñón.

—Yo no soy ningún gruñón señorita ... —se ríe y continúa—, espera, ya no eres una señorita, ahora eres la señora Ülker.

«Es verdad y me encanta.»

—¿No se te hace raro?

—¿Qué cosa?

—Llamarme así —no entiende—, tu madre era la señora Ülker y ahora yo...

—No, no se me hace raro, ahora tú eres mi esposa por lo que el título te pertenece.

Quisiera saber más sobre la madre y el padre de Ahmed, pero la forma en la que me responde me hace dudar mucho en preguntarle algo acerca de ellos, sobre todo de su madre, que hasta donde tengo entendido lo abandonó. De su padre y abuelo lo único que sé es que son muy serios y tal vez no me quieran como la esposa de Ahmed, o eso me dio a entender Anastasia cuando me habló de ellos y su temperamento.

«Si a Anastasia no la quisieron, a mi seguro me odiarán.»

«Tal vez si les cocino algo que les gusta, o si aprendo su idioma para que no piensen que soy una ignorante, o tal vez...»

—¿En qué tanto piensas? ¿Estás bien? —Ahmed habla y me saca de mi nube de pensamientos.

No quiero que Ahmed reaccione mal si le digo que quiero saber algo de su familia, por lo que se me ocurre decirle algo que me ha estado llamando mucho la atención desde que me di cuenta.

—No, nada, solo estaba pensando en que se me hizo muy raro que mi profesora y tu..., tu exnovia tengan el mismo nombre, qué coincidencia ¿verdad?

No responde inmediatamente y se orilla hasta detener el auto. Antes de responderme da un gran suspiro que me da a entender que algo no va bien.

—Sobre eso, tengo algo que decirte Sultana—dice con el semblante serio que incluso podría interpretarse como enojo.

«Oh no, ya lo hice enojar.»

—Perdón, no quise sacar el tema de tu exnovia, solo que me pareció raro eso, olvida lo que dije y no te enojes conmigo ¿Sí? —digo muy rápido que me quedo sin aire.

—No estoy enojado por eso, ni contigo —pone su mano en mi mejilla y empieza a acariciar la zona—. Solo quiero contarte algo que eventualmente sabrás y no quiero que lo descubras por otras personas. Quiero hacer las cosas bien desde el principio.

—Me asustas ¿Qué necesito saber?

"Solo no me digas algo que me rompa el corazón Ahmed."

Solo tengo miedo de que me diga algo relacionado a sus sentimientos por su exnovia. Me sentiría mal si me dice que aun guarda algo en su corazón por ella.

Se Paciente Conmigo |TERMINADA|Where stories live. Discover now