Kit había encontrado en ella todo lo que jamás supo que necesitaba, era su hogar, su lugar seguro, era el amor de su vida. Lamentablemente no todo cuento de hadas tiene un final feliz.
- El sonido de la lluvia me hace sentir seguro... Siempre me re...
Después de haber pasado el día entero con los amigos de Kit la pareja volvió al hotel en donde la familia Evans-Alwyn reservó una cena "bastante americana" para el gusto de Kit, pero de cualquier modo había sido una velada sumamente dulce y apacible aunque también llena de nostalgia puesto que aunque nadie quisiera tocar el tema puesto que no era algo fácil de hablar no podían evitar pensar que Leah tenía los días de acción de gracias contados.
Quizá lo mejor era no atormentarse con aquellos pensamientos, pero tal como la joven se lo había dicho a sí misma desde que recibió la noticia "todos moriremos algún día" y la muerte es inevitable, pero aún así en ocasiones no podía evitar sentirse enfadada de perderse tantas cosas.
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- Si mamá ya te dije que estaremos bien, ya empaqué mis medicinas y las tomaré en tiempo - repitió por milésima vez mientras su madre revisaba la valija de la joven de nuevo
- Bien, ya está todo - informó su madre a lo que Leah rodó los ojos fastidiada
- Te lo dije mamá... - remilgó y su mamá besó su cabeza
- Si necesitan algo solo llamen, sea lo que sea - pidió la mujer
- ¿Incluso condones? - cuestionó Alison con malicia a lo que su madre abrió los ojos como platos
- ¡Alison! - regañó el padre de Leah - Y ustedes... Nada de.. Ya saben -
- Nada de ñiqui ñiqui, confiamos en ustedes así que comportense - añadió Laura
- ¿Por dios mamá tienes tres hijos y no puedes decir la palabra "sexo"? - le regañó Ben avergonzado a lo que su mamá hizo mala cara
- Vamos a portarnos bien... Pero por favor no necesitamos tener esa charla ahora - se quejó Leah al ver las mejillas rojas de Kit
- Es verdad, esa charla debieron dársela hace casi tres años - Alison se encogió de hombros
- ¿Podemos irnos? - preguntó Leah
- Si, pueden irse pero ya saben no porque vayan a estar solos casi dos días sin supervisión vayan a convertirse en unos pervertidos, esto no es after o euphoria - repitió Laura
- Por dios mamá... -
- Bien, pueden irse y Kit, perdona a mi esposa e hijos por ser unos fenómenos - se disculpo el hombre quien extendió la mano y le dio un apretón al chico quien sonrió apenado - Pero nada de sexo - ordenó mirando con una sonrisa al joven
