Hope

El Comienzo Del Fin

Capítulo 012
El comienzo del Fin

Volkov

—¿Gustabo?

Pude ver sus ojos azules analizarme y de pronto llenarse de lágrimas, no sabía que hacer y se veía que trataba de hablar pero no podía, me hacerque a él y lo primero que hice fue abrazarlo.

Pude sentir como me apretaba contra su cuerpo.

—¡Estás aquí!

Soltó feliz.

—Estás bien - terminó susurrando.

No entendía nada de lo que estaba hablando.

—¿A dónde me podría ir? ¡Hace mucho que no te veo! ¿Cómo estás?

Pero eso pareció molestarlo aún más, me empujó bruscamente y apretó sus puños.

—¿Cómo mierdas vas a decir que estás bien? ¡Viktor nos tenias a todos preocupados! Pasamos día y noche buscándote.

Me perdí, ¿De que habla?

—¿De que hablas?

—Llevo una semana aquí y lo primero que me encuentro es a un tal Dominick y a Greco en las oficinas y cuando pregunte por ti, me dijeron que no sabían nada de ti desde hace más de un mes y tú ahora vienes aquí con toda la tranquilidad del mundo, como si nada hubiese pasado.

Sus gritos me aturdian, me mareaban, quería llorar y no sabía por qué.

Iba a contestar, pero supongo que los gritos eran demasiado fuertes como para escucharse adentro.

—¡Viktor!

La voz de Dominick no era dulce, ni tampoco tenía alegría, se podía notar su nerviosismo a metros y su sorpresa al encontrarme aquí.

Greco pareció caer en cuenta que ahora mismo todo lo que han estado escondiendo se caía a pedazos.

—Gustabo -llame ignorando a Dom- ¿Desde hace cuánto estás aquí y que te dijeron sobre mi?.

—Una semana aproximadamente y bueno, me dijeron que llevabas meses desaparecido junto con Horacio y nadie podía encontrarlos.

Me quedé en silencio, ¿Porqué dirían eso? Todo este tiempo he estado aquí, no me he ido a ningún lado, mucho menos con Horacio.

Mis ojos se posaron en Dominick y luego en Greco, los dos estaban asustados, ambos sorprendidos y yo no entendía nada.

—Vamos a dentro, nadie puede verte aquí.

Greco le hablo bajo a Gustabo el cuál solo asintió y camino detrás de él, seguía sin entender nada, pero por alguna razón mi corazón ardía y mi pecho dolía.