Único

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Se trataba de aquellos días en los que la paz reinaba en los alrededores. Aquellos tiempos gloriosos y felices donde sólo existían ambos.

Acostumbraban mucho a pasar las tardes entre la pequeña arboleda de la que constaba cierta parte del terreno. Este sitio tenía una pequeña construcción escondida, donde a ellos les gustaba integrarse, aquel mundo de completo silencio y serenidad. Shu tomaba asiento en la única banca que había ahí, también degustando un buen libro aprovechando los exquisitos rayos de luz sobre ellos, por su lado Free le acompañaba, muchas veces recostándose sobre sus piernas para recibir caricias de su pareja. Al estar el albino concentrado en su lectura, no le tomaba la atención que quería, pero con aquello al menos podía asegurar que Shu lo consideraba, pese a estar más concentrado en el mar de palabras y letras.

Esa tarde, sin embargo, las cosas fueron un poco distintas, puesto que el albino, esta vez no traía consigo su preciado libro. Acariciaba el cabello del rubio mientras le sonreía con gentileza, y Free, arrullado por este trato, cerraba sus ojos para disfrutar plenamente del momento junto a él.

Entonces, sin aviso o consentimiento, las caricias se esfumaron, quedando únicamente la mano de su pareja sobre su cabeza. Iba a preguntar al respecto, pero asumió que se había cansado(lo cual sería un poco hiriente para él, cabe decir), además, antes de formular siquiera una oración, Shu abrió sus finos labios para hablar.

—Oye…—murmuró, se escuchaba indeciso. Free podía apostar a qué, incluso aún después de decir algo, se debatía mentalmente entre seguir o no.

—¿Qué sucede?—inquirió en respuesta luego de unos segundos trabado y sacando conclusiones por sí mismo. Shu todavía tardó un poco más que él en seguir adelante.

—No, nada… olvídalo—contestó, continuando con lo que hacía antes de aquella repentina pausa. A eso, Free se extrañó bastante y en cierta parte le molestó pero era lo de menos.

—Uno no dice "no es nada", cuando sí que tiene algo que decir, Shu—recitó, dirigiendo sus vacías orbes hacía él—. Entonces, ¿Qué es…?

—No vale la pena contarlo, es tonto…

Free rió un poco—. Nada que no hayas dicho antes.

Ante eso, Shu le soltó un pequeño golpe en su frente como clara advertencia. Aunque a los pocos segundos suspiró, observando en otra dirección mientras volvía a hablar.

—Sólo pensé… en cuánto tiempo pasaría antes de que llegarás a cansarte de mí… —susurró, y por su tono bajo y la expresión un tanto dolida que colocaba su rostro, pudo ver qué ese simple pensamiento le había afectado bastante.

Free se quedó en silencio unos segundos, con la boca entreabierta dispuesto a decir algo, aunque en su lugar, las comisuras de sus labios se elevaron inmediatamente formando una pequeña sonrisa de dulzura.

—Adoro cuando te preocupas por esas cosas—murmuró, incorporándose en su sitio para tomar a Shu por las mejillas.

Y hablando de él, pareciera que no le gustó mucho aquella respuesta, pues frunció el ceño creyendo que no le estaba haciendo tanto caso y le daba por su lado.

—Estoy hablando en serio, idiota—contestó.

—Yo también—ahora fue Free quien habló—, adoro cada parte de tí, incluso cuando te molestas y pareces querer ahorcarme con tus manos—mencionó, acariciando con la yema de sus pulgares las mejillas del chico—.  Te amo como nunca he amado a alguien. Eres un ángel, mi ángel…—aseguró continuando con su sonrisa, mientras veía como la expresión de Shu se suavizaba para quedar en una mueca de asombro—. Tendría que estar demente para dejarte…—terminó, acercándose y corriendo un poco el flequillo de un curioso tono blanco hacía un lado, para depositar un beso sobre su frente, aprovechando, claro está, el pequeño desconcierto que Shu estaba sufriendo en ese momento, y por supuesto, la diferencia de estaturas—. Te amo y no dejaré de hacerlo…—murmuró, pegando sus frentes a la par que juntaba las manos de ambos.

Aunque era raro que lo dijera tan explícitamente, pues ellos no eran tanto de palabras sino acciones. Siempre trataban de demostrarse su cariño con pequeños besos o roces inocentes, aunque también se sumaban las ocasiones en que ese amor supera las barreras impuestas y se tomaban sus momentos pasionales. Pero lo que había que recalcar aquí es que, sin importar que fuera, había amor.
Digo, había.

Esa tarde no dijeron nada más, terminaron hundiéndose en un pequeño beso mientras se abrazaban tiernamente, complacidos con la calidez de su contrario.




Gracias por leer.
No tengo cómo justificarme😞🔫

No Te Dejaré [Free/Shu]Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang