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—S A L V A C I Ó N—
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¿Quién diría que estar en soledad sería una sensación tan asfixiante e inquietante?
Luego de que Stephen, más conocido como Doctor Strange o El Hechicero Supremo, ejecutara el hechizo que salvaría el pellejo de Spiderman y todos los presentes en el planeta Tierra, el chico había tenido que quedarse en la absoluta, y casi completa, soledad.
Pero no todo era más que simples agonías y penurias, pues en un momento inesperado una fémina de largos cabellos dorados arribó al mundo terrestre con el fin de encontrarse con un ser humano en particular y de su preferencia.
Peter, mientras se paseaba tranquilamente por las transitadas y frías calles de Queens gracias a la llegada de la estación invernal, gira sobre sí mismo al escuchar su nombre brotar en alta voz de los labios de una persona que sus memorias le permiten recordar.
—Eres muy difícil de encontrar, amigo—__________ jadea delante del castaño, mientras se lleva una mano al pecho tratando de controlar y regular el palpitar en su corazón gracias a la alegría que presenta en su ser interior.
Los ojos avellana del arácnido destellan ilusión y esperanza con fervor—¿Tú me recuerdas?—El tono de voz que utiliza es bajo, pues teme sentir una decepción rotunda como últimamente lo ha estado experimentado.
