25. Mi Primer Amor.

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Arlet.

Me desperté por los besos de Jano sobre el tatuaje. Sonreí y acaricié su cabello bostezando.

Nuestros ojos hicieron contacto por unos segundos. Sentía tanta tranquilidad, tanta paz tanto mental como física que era extraño en nuestras vidas. Tenía recuerdos buenos con Jano, y pesaban más esos, pero mi mente muchas veces solo reflejaba los malos, esos momentos en los que ambos sufrimos tanto, en esos llantos que salieron de los labios de ambos, en las miradas rotas.

Toda nuestra vida se resumía en un bucle de momentos malos, de odio y dolor, era tan jodido estar así por meses y en nuestro caso años que la felicidad parecía tan lejana a nosotros, cuando nos pasaba algo bueno —como ahora— parecía algo irreal. Nuestras cabezas cuando nos pasaban cosas buenas pensaban: «algo malo pasará». Y tanto Jano como yo sabíamos que eso no era bueno, teníamos pensar que lo bueno también merecía estar en nuestras vidas, por extraño que pareciera.

—¿En qué piensas, amor? —Habló dejando besos por mi abdomen desnudo.

Ambos estábamos completamente desnudos, nos habíamos pasado muchísimo rato haciendo el amor.

—En todo lo malo que nos pasó y en como estamos ahora —comenté acariciando su cabello.

—Deja de pensar en cosas malucas —reí ante su última palabra —merecemos estar así, bien, felices, ¿no crees?

—Si, claro que si, pero estos momentos antes me parecían tan lejanos, no sé, me parece extraño, ¿a ti no?

—Si, también me parece extraño, pero intento pensar en lo bueno, en ti, en el bebé, y eso es lo que más me pesa, mi amor —subió para besar mis labios —hemos pasado por muchas cosas malas, por momentos muy difíciles, algunos incluso nos habrán dejado trauma y es entendible después de tanto sufrimiento —sonrió acariciando mis labios con su dedo pulgar —debemos aprender a mirar hacia adelante y dejar el pasado atrás, debemos entender que el dolor siempre formará parte de nosotros y el pasado también aunque lo queramos dejar atrás, siempre quedará esa espinita, pero verás, mi niña, que todo pasará y que esa espinita no será nada cuando cosas buenas nos vayan pasando.

—Eres tan increíble —susurré —hablas tan bien —ambos reímos.

—Monja —susurró —¿te puedo hacer una pregunta? —asentí bajando las caricias hacia su mejilla —¿no te habría gustado experimentar con otros hombres?

—¿A follar con otros te refieres?

Asintió. Me dejó pensativa, y es que durante tanto tiempo estuve metida en las palabras de mis padrastros. Me di cuenta hace un tiempo, yo pensaba que sus palabras no me afectaban, pero si lo hicieron, si me dieron cierto pellizco que me decía: «no lo hagas, no los decepciones más», por ese simple hecho nunca me fije en un hombre, no quise que un hombre me tocara, pero poco a poco Charlet me hizo ver de diferente manera, ella me quitó la venda invisible de mis ojos. Sus palabras se grabaron en mí haciéndome abrir los ojos.

—Estoy muy bien como estoy —dije mirándolo a los ojos.

—Si, pero no sé, tu primer beso fui yo, todo fui yo.

Quería saber que era lo que pasaba por su cabeza, quería saber por qué razón me hacía esas preguntas ahora.

—¿Y qué? Hay personas que también pasan su vida habiéndolo hecho con una sola persona.

—Si, lo sé, mis padres son ese ejemplo, pero también hay algo que les diferencia y es que mi madre tuvo su primer beso con otro hombre.

—No me gustaría que hubiera otro —hablé —más bien me da igual.

Eternos. +18 #3 ✔️Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang