― ¿Y que tiene? –respondí sin pensarlo, me estaba molestando su estúpido tono de burla: ¿Quién rayos se cree que es? El tipo me vio mal, levanto una ceja y me observo de arriba abajo– ¡¿Qué me vez?!... idiota –modo rudo activado, todo sea para salvar a Alex.

― ¿Qué dijiste? –trato de sujetarme del brazo, pero lo esquive y en un movimiento que ni yo supe lo que hice quebré el embace de cristal y lo amenace con el pedazo puntiagudo que me quedo en la mano.

―Te acabas de meter con la persona equivocada...–recordé una de las poses que hace Thor para que le tengan miedo en el bar, así que le sostuve la mirada y levante mis hombros tratando de verme un poco más grande.

―Te romperás una uña niñita, mejor dame eso –trato de quitarme el vidrio así que volví a amenazarlo, pero en esta ocasión sin querer le hice un corte en la palma de su mano– ¡Hija de perra! –grito al ver la sangre que brotaba de la herida, se lanzó contra mí con la mano empuñada y por inercia y defensa levanté el pie dándole un golpe en la entre pierna, haciendo que callera al piso sofocado, sus amigos y Alex me miraban con la boca abierta, se quedaron en silencio solo observando.

― ¡Les advertí que no se metieran conmigo! –grité siguiendo con mi actuación de chica mala– ¿Quién sigue?... –patee al que ya estaba en el suelo y me acerque a ellos, pero soltaron a Alex dejándolo caer al suelo.

―Vámonos de aquí, esta chica está loca –tomaron a su amigo que seguía en el suelo retorciéndose, subieron a la camioneta y se fueron.

― ¿Estas bien? –corrí hasta él y lo ayudé a ponerse de pie– ¿Quiénes son ellos?, por dios Alex...estas sangrando mucho– toque su labio que estaba roto, sangraba de su nariz y tenía una pequeña herida en la frente al verlo así comencé a llorar, tal vez de no haber venido a la tienda hubiese pasado algo peor.

―Estoy bien, gracias a ti –acaricio mi mejilla y limpio algunas lágrimas con su pulgar– no te preocupes –me sonrió y yo lo abrace por la cintura haciendo que se quejara de dolor, lo habían golpeado mucho.

―Ven conmigo...vamos a curarte eso antes de que se infecte, pero antes, espérame un minuto – frunció el ceño y yo corrí a la tienda y fui por el refresco, quede debiendo el envase porque el que traía quedo hecho polvo, pero no podía llegar sin nada a mi casa, subimos a la motocicleta, Alex condujo despacio hasta llegar, caminamos juntos hasta la puerta de la entrada, pero antes de abrirla pare en seco– entrare yo primero y distraeré a mi madre y después entras tú. –susurre y el asintió.

Entre a la casa en silencio y vi a mi madre aun en la cocina, la luz del baño estaba encendida así que lo más lógico era que mi padre se encontraba ahí, regrese a la entrada, tome de la mano a Alex y lo hice que subiera a mi habitación.

―Sube ahora voy...

―¿Por qué tardaste tanto? Tu padre estaba a punto de ir a buscarte

―Había mucha gente en la tienda, aparte ya sabes que doña Chuy se queda platicando con todos y tarda en atender

―Lo sé, por eso te envié a ti, de haber ido yo llego mañana con todos los chismes que cuenta doña Chuy –rio un poco– siéntate para servirte de cenar.

―Acabo de recordar que no envié uno de proyectos finales

―Hija... pero estas de vacaciones –me miraba con el ceño fruncido.

―Exacto... lo dejaron para las vacaciones y lo tuve que haber enviado por la mañana –hable nerviosa– me llevare esto para cenar ¿Esta bien? –tome una pieza de pan, mi madre asintió y subí de prisa a mi habitación, entre poniendo el seguro a mi puerta1, mi padre tenía la costumbre de entrar sin tocar así que mejor prevenir que lamentar.

Anónima 2 Where stories live. Discover now