Capitulo 1.

303 50 52
                                    

🌄 Escrito por Basummers2020 🌄

🌄 Escrito por Basummers2020 🌄

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Londres

Mediados de diciembre

César miraba como la incesante lluvia caía sin parar. Dos días de inagotable lluvia. Dos interminables días. Pero bueno, es lo que tiene vivir en Londres, que este es el tiempo que hay, un día si y otro también.

Recordó con una triste sonrisa que a ella le gustaba la lluvia. Decía que le parecía muy romántica y que la relajaba. Solía sentarse en la cocina cerca de ésta misma ventana mirando como las gotas de lluvia golpeaban contra la cristalera.

También llovía el día que Isabel, su amada esposa, murió. Una fina capa de agua que lo cubría todo pero que a ella la hizo feliz. Se quedo dormidita mirando por la ventana de su habitación, sin sufrir, dejándolo a él, su marido con una tristeza muy grande. Y casi dos años después, aquí estaba él, echándola de menos a cada instante.

Se limpió algunas lágrimas que resbalaban por sus mejillas y apuró su café. Hoy tendría un día complicado en el trabajo, y a pesar de que su despacho estaba en casa, no dejaba de estar atareado. Se dirigió hasta la cocina para dejar el vaso en el fregadero. No habia avanzado ni 3 pasos cuando un estruendo en el jardín llamó su atención. Parecía una explosión o el choque de algo grande contra el suelo.

Volvió deprisa al comedor y abrió la puerta de la cristalera. Salió al jardín mirando por todos lados para ver de lo que se trataba. Y entonces la vio. Allí, en el césped, tirada en el suelo había una chica. Su corazón dio un vuelco y un escalofrío recorrió todo su cuerpo.

No se paró a preguntarse como ella había llegado hasta allí. Ni lo que había pasado. Solo miraba la abundante sangre y el estado lamentable en el que se encontraba la chica. Eso era más importante. Casi no podía ni hablar y sus ojos apenas podían abrirse.

Se acercó a ella con cautela y le apartó con mucho cuidado los mechones mojados de su cara.

- Tranquila, te pondrás bien. Voy a llamar a una ambulancia

La chica abrió sus ojos. Eran de un precioso color violeta. Sintió un fogonazo en su pecho al mirar esos ojos que parecían querer traspasarle el alma. Ella lo agarró del brazo con una de sus manos. Su voz era apenas un susurro ahogado y en su cara, en su bella cara, se mezclaban las lágrimas con la sangre.

- No, por favor, no dejes que vengan a por mi - le dijo ella muerta de miedo

- Estás herida. No sé cómo te has hecho esto ni que haces en el jardín de mi casa, pero tiene que verte un médico

- Por favor, te lo ruego. Estaré bien, solo necesito reposo y descansar para recuperarme. No llames a nadie

- Pero... ¿Tú te estás viendo?

Si me dejas que te escribaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora