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¿Cuándo fue la última vez que sentía la verdadera paz y soledad que no la relacionaba con el trabajo o la meta en sí? De hecho, ¿hubo alguna vez en la que tuviera una relación consigo misma sin tener que empezar por una desgracia? Para poder estar sola, siempre se debía a un motivo de lado oscuro y sentenciate para su mentalidad. No sabía cuánto tiempo podía durar su cordura puesta en la realidad y razón, no temía en perder la razón, claro que no, temía convertirse en alguien más despiadado de lo que tenía planificado, hasta donde estaba iba bien su meta, pero veía cómo poco a poco y tan silenciosamente su existencia iba marcando un rumbo diferente del que hasta ahora conocía. Al mirarse a un espejo no reconocía lo que era, lo que fue y lo que su mente la quería llevar, estaba lista para hacer la tarea que sí misma se encomendó, estaba lista para arrancar las metas de otros y unirlas a las suyas propias, mejor dicho, a la única propia.

Pero algo comenzaba a renacer en su existencia, ese algo que tras mucho tiempo transcurrido se había mantenido dormido.

La duda.

Esa meta que quería ejercer pertenecía a alguien más, no a su ideal, no le pertenecía todos esos objetivos que tenía, lo único en lo que sí se podía cerciorar que era suyo era el control que estaba ejerciendo en todo aquel que la seguía. Todos la seguían por esa meta que ella tomó y la moldeó, pero, ¿cuál era su objetivo?, ¿qué era lo correcto para ella? ¿Cuál era su verdadera filosofía y propósito para ser lo que era? Por ello mismo renació la duda que le interrumpía los pensamientos de lo que era esencial para su propósito tomado, esa duda la hacía perder la noción de sí y la hacía tener profundas lagunas de existencia que la obligaban a alejarse de su real trabajo para hallarse de nuevo en el camino de la verdad y la plenitud. Ella conocía lo que era, conocía lo que no debía hacer y lo que sí, y estaba dispuesta a romper todas las reglas que se le fueron impuestas desde que tomó un papel en este mundo desde hace aproximadamente un milenio.

Desde que nació estuvo para ser un líder, nació de padres heroicos, fue amante de alguien heroico, es madre de alguien que predice y afirma que será heroico, no obstante, ¿qué era entonces?, ¿también sería una heroína? Entonces, ¿por qué las razas que no estaban de acuerdo consigo seguían en ese papel? ¿Realmente era la mala para un número importante de seres? Honestamente, no se le hacía necesario buscar esa respuesta porque ella tenía dos; una para ellos y otra para su punto de perspectiva. Para las razas no era más que un verdugo que tomó el derecho equivocado de eliminar a existencias que no le correspondía tomar, pero para su existencia era un deber que debió ejercer cuando apenas era una joven mujer, cuando no obtuvo desgracias y pérdidas la mayor parte de sus años reales. Ahora, no habría poder en la tierra ni de otro ser supremo que le pudiera arrebatar su deber tomado.

No importaba cómo la vieran, si era la villana, bien, que usaran ese adjetivo mundano para catalogar a un Creador, si era una heroína, pues ella se encargaría de que la vieran como un dios. Un dios nacido del dolor.

Hasta el viento estaba de acuerdo con sus pensamientos porque le respondió con su suave tacto en su rostro, claramente este nació de los Creadores anteriores, fue hecho para ser una parte importante de la vida y él estaba agradecido, desde que comenzó a existir se ha encargado específicamente de agradecer a los pocos Creadores que pisaron la tierra por un prologando tiempo, este mismo esperaba que el Creador de la destrucción que se encontraba en soledad en la montaña, permaneciera por mucho más de lo que fueron los otros. El viento fue el primero en pisar la tierra y será el último en dejarla, así lo dictaminó su Creador.

El Creador de la destrucción, el ser autonombrado, era quién más disfrutaba de la creación a pesar de que debía corregirla y moldearla para los nuevos seres del futuro, también corregiría el viento para que fuera más fuerte el día que le tocara surcar solamente rostros humanos y animales que les correspondía vivir en ese paraíso, nadie más debía perturbar ni contaminar la esencia de la primera creación.

Vínculos finales. Libro#03. Final.Where stories live. Discover now