Dos hermosos Omegas se habían enamorado completamente uno del otro, no querían a ninguna otra persona y lucharon fuertemente por su amor. Fueron al templo y se quedaron allí de rodillas durante veinte días, orando para que la madre Luna pudiera apro...
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Jimin caminaba por la cuidad con sacerdotisas del templo, debían hacer las compras para la ornamentación de la estatua de la Diosa Luna, muchas flores estaban secándose por la nevada que se acercaba con el pasar de los días y debían plantar nuevas semillas.
Se detuvo en un puesto de seda que llamó su atención y mando a las damas a diferentes lados para terminar deprisa y volver con el Guía, mientras observaba una tela de color arena casi dorada, diviso la silueta del Alfa que lo volvía -secretamente- loco. Se quedó observando tras la tela que colgaba cubriendo la mitad de su rostro, pudo ver que el líder Min se encontraba con él. Ambos Alfas hablaban seriamente hasta que una hermosa joven Omega se acercó educadamente. Saludo a ambos y extendió una rosa blanca hacia el Alfa menor, éste lo penso demasiado antes de sujetarla, Jimin pudo ver cómo su padre sonreía y asentía con su cabeza a lo que sea que la joven decía.
Yoongi se agachó y puso la flor en las manos de la mujer, su padre frunció el ceño y aparentemente dijo algo que hizo bufar al joven y tomar nuevamente la flor en sus manos, la olió y sonrió genuinamente hacia la mujer.
"Debes hacer algo"
Sintió una corriente por todo su cuerpo que lo hizo dar una larga inhalación y contener la respiración.
Abrió sus ojos en sorpresa cuando el Alfa cedió su brazo a la mujer, esta lo tomo gustosa y sonrojada para comenzar a caminar con el joven Min.
"Es nuestro lugar"
— El Alfa Min es libre— murmuro Jimin.
"No la quiere a su lado"
— No es nuestro asunto.
"Somos a quién desea"
— ...
"También lo deseamos"
— Solo cálmate, me estás poniendo nervioso.
"Debemos tomar nuestro lugar, que alguien la saqué de ahí, es nuestro Alfa."
— No podemos Solar, no es nuestro.— Jimin vio como la mujer se sujetaba con más seguridad al brazo de Min Yoongi, sus ojos ardieron en celos e impotencia acumulada.
Cerro sus ojos intentando liberar su tensión, y cuando los abrió sus iris tenían el fuerte y destellante color fuego de una Esmeralda. Camino a paso confiado y el viento corrió su cabello, pasó justo por a lado del joven Alfa y rozó sus dedos en el dorso de la mano de Min, quien se volteó para observar la figura del único Omega que quería junto a él. Ambos se observaron y como si tuvieran una relación de años, entendieron sus miradas.
Jimin estaba celoso, y realmente Yoongi temió por su vida cuando lo vió observar con enojo la cercanía que tenía con la mujer.
— Permíteme un segundo— habló el Alfa—, debo decirle algo al aprendiz. — Por supuesto— ella se separó de él y camino hasta un puesto de frutas.
