02. Un buen amigo

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Su camino al taller fue corto en lo que pensaba en que hacer con los pedidos del taller y el cumpleaños de su dragón gemelo acercándose.

Quería regalarle algo significativo, después de todo Mitsuya fue un gran exponente a cuidarlo y comprenderlo al develarse como omega. Él fue el único en saberlo hasta que al trabajar en su taller conoció a Inui Seishu quien se volvería la segunda persona en saber su segundo genero pero no de la mejor manera.

Aun se reprende mentalmente por haber sido tan descuidado aquel día, si bien no esta arrepentido de que Seishu supiera aquel gran secreto que tanto conflicto le causaba pues este no lo trataba diferente o cuestionaba sus habilidades por ser omega, hubiera preferido que se enterara de una manera menos vergonzosa para si mismo.

Pues ante ojos ajenos, Ryuguji Ken era un alfa, al veces beta, él no se encargaba de aclarar esas cosas pues prefería aquellas castas a la de un omega. Así que, cuando aquel "alfa" entro en celo en el taller, Inui entro en pánico.

¿Las feromonas dulces de un omega en el cuerpo de un alfa?, tal vez las cosas empeoraron cuando Draken entendió que Seishu era un alfa sumiso y eso de alguna manera lo calentó.

— ¡Tengo supresores!

Recuerda que el rubio dijo mientras tapando su nariz rebuscaba en su mochila presuroso y él, bueno  él estaba intentando no hacer alguna estupidez al sentir tan cercano el aroma del alfa.

No quiso recordar mas... 

Pero era inevitable recordar lo difícil que fue explicar su situación. Inui no hizo preguntas pero Ryuguji sentía la vergüenza llegar hasta sus orejas cada que lo miraba. Al veces soltando feromonas que estaba seguro sabia controlar hasta el incidente. Drogándose finalmente con suficientes supresores para no hacer mas incomoda la situación. 

Sin embargo lo empeoro haciendo que Seishu lo detuviera asustado de lo muy mal que le harían, inevitablemente tuvieron que hablar de ello, como se sentía respecto a ello, Seishu no ahondo en el tema, preguntando lo necesario y aconsejándolo con lo poco que sabia y Ken agradeció profundamente aquello. Tampoco cuestionó el por qué nadie sabía ello o por qué no se los contaba. Todo fluyó a su tiempo, él se tomó su tiempo para contarle y darle esa confianza, por su parte Inui comprendió ello.

Las circunstancias se dieron favorables para ambos sintiendo confianza plena en el otro, todo erradicando a que su relacion cambiara a algo extraño donde Seishu quería concretar algo. Un cortejo a toda vista, Ryuguji lo sabia y no le disgustaba la idea pues estaba seguro que nadie hubiera sido tan educado como Seishu en situaciones extremas como la que el paso, además de la afinidad extraña entre su omega con él. Lastimosamente había un pero en todo ello y era Manjiro. 

Se sentía estúpido al considerar a Manjiro como un obstáculo para formalizar una relacion con Seishu, pues Manjiro ni siquiera sabia que era un omega y aunque le gustaba imaginar que si lo supiera seria distinto nada le daba señales de que fuera así, o que siquiera le gustara pues era muy consciente del perfil físico que Manjiro buscaba en omegas y él era... bueno, no era convencional. 

Apariencia brusca, el ejercicio excesivo para desviar la atención de su cuerpo de omega se había echo paso con los años, sus manos no eran tan delgadas y por su trabajo no era suaves ni delicadas, era ásperas y siempre sucias, no era lindo. 

Se detuvo frente a la mampara de su taller y miro al rubio trabajar en silencio. Suspiro antes de entrar y saludar al rubio de mirada verde oliva. 

Sus feromonas suaves hicieron alejar cualquier duda sobre si y dispersar cualquier pensamiento negativo, Seishu tenia un aroma peculiar que no sabia describir pero le recordaba a la miel y lima, raro para un alfa que solían tener aromas fuertes e imponentes, dejo de perderse en el aroma cuando vio al mayor acercarse con una pequeña bolsa en mano y se la entrego, este lo miro extrañado. 

— ¿Qué es esto? —dijo olfateando el objeto, Seishu sonrió enternecido.

Mitsuya me dijo que estas saltándote comidas, son panecillos —y era verdad pero no sabia que ahora Seishu estaba tan atento a sus alimentos, sonrió agradecido.

— Gracias hombre, esto huele realmente bien —comento llevándose el mismo hacia los almacenes para cambiarse.

Si bien no era fan de los postres agradecía el gesto y se repetía que tal vez Seishu era el indicado. Que dejara aquella estúpida fantasía atrás y se develara como omega junto a su lazo con Seishu, salió vestido ya con su mono pensando en ello, siendo detenido de manera abrupta por el olor a licor y chocolates que desprendía aquel omega que hostigaba al rubio. 

Entonces cayo en otras de sus inseguridades que juraba no le daba complejo. Seishu merecía algo mejor. 

— Buenos días dragón —saludo coqueto aquel omega que conocía por Seishu, este lo saludo con una sonrisa sentida mientras se dirigía a donde las motos para revisar el calibrador del freno del cual un cliente suyo se quejaba. 

¿Podemos hablar de esto después del trabajo? —comento algo incomodo, Hajime suspiro frustrado y asintió mientras se dirigió a donde las motos deteniéndose frente a Ken quien estaba trabajando en lo suyo.

— Dragon, vi a tu amiguito el otro día en Roppongi con un omega de cabellos albinos —Ken lo miro confundido, cayendo en cuenta que se refería a Manjiro y Haruchiyo, no le agradaba lo que sabia que diría— Se que eres la niñera de Manjiro así que te lo diré de una vez, los Haitanis andan muy cabreados con el enano ese pues se sabe que Haruchiyo andaba muy drogado como para dar consentimiento a algo y bueno Manjiro le dejo una marca...

Ken se levanto mostrando su gran diferencia de tamaños algo cabreado, Seishu que miraba todo de lejos dudo en si acercarse o no.

— No soy la puta niñera de ese idiota, si los Haitanis o cualquier alfa quiere darle una paliza que lo hagan, me vale una mierda ¿entendido? —pudo terminar eso allí pero...— Manjiro nunca tocaría a un omega en estado de ebriedad.

Hajime había ganado lo que quería.

— Solo te doy la advertencia de lo que se rumorea, se nota que te toca que hable del enano ese —dijo con sonrisa socarrona, Ken apretó sus puños, mierda si, le tocaba que hablaron de ese idiota, odiaba escuchar a gente rumorear sobre Manjiro, Seishu que lo noto apresuro a acercarse y arrastrar al pelinegro fuera del local con la excusa de querer hablar.

Ken renegó para si mismo, Manjiro le había dicho que Haruchiyo había sido un desliz y que no volvería con el drogadicto ese que tan mala fama le dio en Roppongi por despecho, se sentía decepcionado y airado, no lo pensó mucho cuando marco a Manjiro dispuesto a preguntar que mierda pasaba consigo. 

Comenzando una discusión innecesaria nuevamente, pues Ken no tenia por que meterse en esos problemas, pero lo quería tanto que era inevitable no embarrarse en todo ello. Y para su mala suerte Manjiro era un perfecto mentiroso. 

Seishu miro por la mampara al tatuado irse hacia los almacenes con celular en mano y asumió que llamo a Manjiro por ello. No le gustaba caer en rumores pero no le extrañaría que lo que Hajime canturreaba fuera cierto. 

Le preocupaba Ken. 

manjiro y su omega ; drami ; drakenuiWhere stories live. Discover now