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¿Cuánto tiempo había pasado? ¿Hace cuántas horas estuvo allí esperando?

Se suponía que tendría una cita con su novio al salir de la facultad, era su tercer aniversario ¿Lo había olvidado por completo?

Imposible, justo en mañana antes de salir se lo propuso ¿Entonces por qué no llegaba?

Soltó un suspiro lleno de decepción, su garganta dolía y los ojos comenzaban a picar. No podía pasar lo mismo otra vez.

Permaneció sentado con las esperanzas a flor de piel, intentaba no ser negativo al respecto. Él llegaría, tarde pero lo haría.

Por su cabeza pasaban miles de situaciones, seguramente Minho ayudando alguna estudiante en algún estudio u algo parecido. Muy inocente de su parte, pues se negaba a imaginar otra cosa por más realista que fuera.

— Jisung — Llamó una voz conocida a sus espaldas — ¿Qué haces aquí? Es tarde y hace frío.

— Oh, Jinnie — Exclamó avergonzado por la situación — Estaba esperando a Min, tendremos nuestra celebración de aniversario.

Hwang lo miró entristecido, si supiera las barbaridades de Lee estaba haciendo muy lejos de la facultad...

Si, Minho ya se había ido muy temprano con una muchacha castaña. Estaban muy pegados a su parecer. Al principio no sospechaba, pero ese beso tan desenfrenado que se dieron sin disimulo alguno lo enfadó.

— ¿Hyunjin?

— Lo siento, me quedé pensando — Mintió, quería que Han abriera los ojos por su propia cuenta — Me quedaré esperando contigo, si no es molestia —El rubio con tranquilidad fingida se colocó a su lado.

Hablaron por un largo rato, pero obviamente la cabeza del menor seguía en otro lado. Su novio se estaba tardando demasiado, las puertas de la facultad estaban ya cerradas.

El frío recorrió su cuerpo una vez más, tuvo que haberse abrigado más al saber que Minho se tardaría tanto con la sorpresa, pensaba con una sonrisa triste.

De un momento al otro el alto le tendió su bufanda. Siempre pensó que era alguien muy amable con él, una persona simplemente carismática y tierna.

— Estás helado — Exclamó con mucha preocupación — Ponte ésto... y ésto — También le dió su abrigo con una sonrisa.

— No hace falta, de verdad estoy bien — Habló despacio como era costumbre.

— Hannie, me dices que estás bien pero claramente estás temblando. Ponte eso o terminarás con un feo resfriado ¿Si?

No lo negó después de aquellas palabras, no quería terminar por resfriar a su novio en la cita.

El tiempo pasaba volando y Hwang seguía a su lado. El sol ya se había escondido y la nieve comenzaba a caer despacio, la primera nevada que pensaba pasar con Minho la terminó por pasar con su mejor amigo una vez más.

Estaba tan triste que está vez dejó su angustia salir. No le importaba lo tonto que se veía, estaba tan desilucionado. No era la primera vez que pasaba lo mismo pero tenía la esperanza de que ésta vez fuera distinto.

La tercera es la vencida, se decía una y otra vez frente al espejo intentando convencerse de que sería diferente. Quizás tuvo las expectativas muy altas conociendo lo "distraído" que era su novio. Cada pensamiento lo ponía peor.

El día que creía que sería perfecto se desmoronó ¿Estaba mal pensar que Lee siempre lo arruinaba? No quería pensar mal de él pues era el amor de su vida, pero cada acto lograba decepcionarlo más y más.

Sintió los cálidos brazos de Hyunjin rodearlo, él sabía como consolarlo.

— Vámonos, hace frío y no quiero que te enfermes — Habló suave como la miel ¿Cómo negarse con ese tono?

Ambos en silencio siguieron camino.

Luego de que el alto lo dejara sano y salvo e  su hogar pudo derrumbarse por completo. Ni siquiera había tenido la decencia de tapar sus actos.

El comedor estaba totalmente desordenado a como lo había dejado. Era todo un desastre digno de un huracán, no sabía como era capaz de destrozar todo a su paso.

Sus pasos fueron directo a la habitación que compartía con Minho, ojalá pudiera borrar su memoria.

Paquetes de preservativos abiertos y montones de ellos esparcidos por el piso —Usados—.

— Llegué— Murmuró en un tono triste.

No estaba, buscó por toda la casa y no estaba. En ese momento solo quería llorar hasta dormirse. Jamás imaginó que su relación sería tan caótica al punto de ser destructiva para su corazón.

Al principio todo era tan hermoso, demasiado romántico, muy a su gusto. Siempre estaba con él a dónde fuera al punto de acompañarlo en sus metas futuras ¿Desde cuándo todo se había ido por el caño?

De estar tan sumido en tristeza no escuchó la puerta ser abierta, Minho había llegado con una flor de tela algo destruida.

— ¡Sung, llegué! — Exclamó quitando sus zapatos para dejarlos en la entrada.

Poco le importó el hecho de que nadie respondiera, Lee había pasado una linda tarde con esa chica de gran busto. Una de sus muchas aventuras de las cuales su novio no debería enterarse.

— Lo siento por no ir a la cena, estaba muy ocupado — Aclaró descarado — Pero podemos hacer otra cosa ¿No crees?

Ya estaba en la habitación detrás suya, Han tenía por entendido lo que pasaría, más bien cuál era la idea de su novio.

Su cintura fue rodeada sin afecto alguno, no había calidez en sus palabras y mucho menos en sus actos.

Estaba cansado de que fuera lo mismo en cada aniversario. Lo amaba, pero a veces tenía la sensación de que él no lo hacía como había prometido alguna vez.

Esa noche se entregó a Minho por más triste que estuviera, después de todo era lo único que podía pedir a tal hora. Vió las marcas de labial en su cuello pero no dijo nada al respecto, no quería perderlo.









Middle of the Night ⟆ Hyunsung Where stories live. Discover now