Parecía que pasar la tarde con ese rubiecito iba a ser más entretenido de lo que pensaba.

Después de que Boruto terminara de desayunar tomo la mano del azabache caminando hacia la estancia — Podemos ve la tele un rato— lo invito a sentarse en el sofá más grande, no dejaba de ver a la pequeña, era igualita a Sasuke pero con los ojos más grandes, era como él,  que se parecía demasiado a su padre.

El día fue bastante tranquilo en la casa, realmente el pequeño se divertía mucho, en tan poco tiempo ya le había platicado muchas cosas al azabache, incluso le enseño su cuarto y claro que también jugó un poco con Sarada, para ser todavía una bebé según él, era muy lista.

Aunque por su parte, Naruto estaba algo tenso, él mismo fue quien decidió contratar a alguien pero y si a su hijo no le agradaba, tendría que buscar a alguien más.

— Maldita sea Naruto, ya siéntate de una vez — murmuró la pelirosa aventandole un lápiz en la cabeza — Boruto va a estar bien, tu te estresas solo.

— Ya sé pero ¿si no le agrada? Tarde una semana en encontrar a alguien que pudiera cuidarlo.

— Dijiste que tiene una hija,va a ser fácil, ya sabe como tratar con los niños — Sakura apoyo su mejilla sobre la palma de su mano.

— Sí, también quiero que se lleve bien con él — se deslizó un poco sobre la silla.

— Estará bien, apostaría que se llevarán de maravilla pero nos pagan hasta el sábado y estoy quebrada — soltó en un suspiro la pelirosa.

Al terminar el turno, Naruto recogió todo del escritorio y salió como alma que lleva el diablo hacia su auto, esperaba que todo estuviera bien, tuvo tiempo para pensar en que travesuras podría hacer su hijo, había miles de posibilidades.

Se metió a la cochera y salió de inmediato, escuchando un poco de ruido, se tranquilizó solamente un poco y entró con total calma, como si no pasará nada.

— Hola tteba — se anunció dejando los zapatos en la entrada aflojando la corbata.

Vio al azabache asomarse por la puerta y recibirlo, por un momento su mente jugó con él, como si esa simple acción de Sasuke se hubiera repetido Miles de veces antes.

— Hola Sasuke ¿Está todo bien? — pregunto caminando hacia él.

— Claro, Boruto está cenando ahora — señaló por sobre su hombro hacia la cocina.

Parecía que el rubio estaba alterado ,esperaba encontrar un desastre y al azabache llorando porque no podía controlar a su hijo pero se impresionó de más cuando vio todo tal y como lo había dejado, no.... Estaba mejor que cuando se había ido, hasta parecía que a la casa le salían brillos de lo limpia que estaba.

Soltó un suspiro alivado, todo estaba en perfecto orden,solo estaba siendo paranoico.

— Gracias Sasuke — dijo con una sonrisa.

— Si eso es todo, me retiro — tomó de la silla a su pequeña e hizo una reverencia caminando por la pequeña mochila que traía hacia la puerta.

— Espera, Sasuke,mañana descanso pero me gustaría que vinieras de todas maneras — mencionó con una sonrisa deteniendolo.

— Claro, ¿A la misma hora? — preguntó abriendo la puerta.

— ¿Vendrá alguien por ti? — preguntó caminando hacia el Uchiha, recibiendo una respuesta negativa — Puedo llevarte, ya está oscuro y bueno, es peligroso que vayas tu solo con la niña — hubo un momento de silencio, que se rompió al escuchar la respuesta.

— Supongo que estaría bien — acomodó a Sarada que cabeceaba sobre su hombro.

— Bueno déjame ir por Bolt y te llevamos — corrió a la cocina por el niño y regresó a ponerse los zapatos.

El rubio abrió la puerta del auto para el azabache ya que tenia ambas manos ocupadas y subió a su hijo en la parte de atrás — Tu dime hacia donde ir — trataba de ser amable, después de todo había notado que todo había ido bien en la casa y sin mentir no quería solo ser el jefe del chico.

El azabache le indico el camino hasta que vio un pequeño edificio, se le hizo un poco extraño,no se veía del todo ¿Cómo decirlo? No le daba buena pinta.

— ¿Es aquí? — preguntó el rubio mirando al azabache quien asintió con la cabeza.

— Gracias por traernos — salió del auto al terminar de hablar y sonrió — Lo veo mañana — se despidió antes de entrar al edificio.

El rubio se quedó pensando un poco hasta que escucho la voz de su hijo — ¿Ya nos vamos? — pregunto moviendo los pies.

— Sí — encendió el auto manejando de regreso a casa — Bolt ¿Te agradó Sasuke verdad? — pregunto viéndolo desde el espejo retrovisor.

— Claro que si, parece que está enojado pero no, me cuido bastante bien y tenía miedo de moverse en la casa pero yo le enseñe dónde estaba todo, jugó un rato conmigo, hasta hizo el crucigrama que no terminaste — mencionó bastante emocionado agitando las manos de manera brusca.

— Mañana descanso pero le dije que fuera a la casa, así puedes hacer todo lo de hoy cuando llegues de la escuela — le sonrió bastante convencido.

Pero seguía rondando en su mente el edificio al que entró, no parecía que los departamentos fueran muy grandes, esperaba pensar en algo más o esa noche no podría dormir.

El amor llegó a papáDonde viven las historias. Descúbrelo ahora