- CAPÍTULO 1

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—¿Crees que va a ser como un programa de supervivencia? ¡Estás temblando!— Chenle dijo, riéndose de la forma cómica en que el maknae a su lado temblaba, el cual le dijo que se callara sin ninguna educación.

Pero. ¿Por qué Jisung estaba tan asustado?

Era cierto que a Park no le gustaban mucho los bosques, a ninguno de los chicos en ese auto, en realidad, pero el chino estaba emocionados de ir a ese misterioso programa. Ni siquiera sabían el nombre o lo que iban a grabar.

Pero él quería ir.

—Espero que no.— La voz de Renjun sonó fuertemente en los oídos de los menores, como si quisiera callar a Zhong —Esperemos que sea algo simple. Y rápido. — añadio la última parte suavemente.

Sus palabras cumplieron su objetivo, ya que ninguno de los otros dreamies estuvo en desacuerdo con su declaración, por sombría que les pareciera en ese momento.
En su asiento, Haechan apreto la mandíbula, sus músculos se tensaron y su corazón ya estaba en condiciones de dispararse ante la idea de adentrarse al bosque que cubría ambos lados del camino.

Camino que ahora parecía demasiado largo para su gusto. Demasiado raro.

Luego sintió que la mano caliente de Mark envolvía la suya. Dejó escapar el aliento que apenas se había dado cuenta de que estaba sosteniendo y miró a su novio, tratando de transmitir el mensaje de "gracias" con una leve sonrisa.

Mark no habia estado con su sol en los momentos que, él sabía, habian sido terrorificos y tensos para él, por usar las palabras recomendadas por el terapeuta que había visitado al grupo. El terror que lo ataco a él fue diferente, él se habia vuelto loco por si solo, sin tener pistas o noticias de los chicos durante días.

—Dejemos de pensar en eso, chicos.— dijo en un tono manso, tratando de estar a la altura del título de líder y hacer que los más jóvenes estuvieran tan aprensivos con el tema.

Desafortunadamente, el mal aura ya se había asentado en la camioneta.

—El cielo se ve como la última vez...

La voz de Jaemin era baja, como si estuviera hablando consigo mismo. Y tal vez lo estaba,  el chico estaba inmerso en sus pensamientos.

Tenía la cámara en la mano, pero sus dedos se habían detenido en medio del lente, el cual estaba limpando segundos antes. Pronto fue Jeno quien hablo suavemente, siendo el punto de calma entre Na y Huang en el otro lado.

—No va a pasar nada, ¿de acuerdo?—susurró, solo para consolarlos.

El viaje continuó, sin parar, hasta que una fina lluvia comenzó a mojar las ventanas de manera melancólica, como si todo el ambiente favoreciera la inquietud de los chicos.

Hasta que escucharon un fuerte chasquido, como un estallido.

El automóvil tuvo que ser frenado bruscamente, por lo que los cinturones los apretaron fuertemente en la zancada hacia adelante, rozandolos entre el hombro y el cuello del otro, haciendo que les ardiera la piel.

—¡Mierda!— Renjun gritó exasperado, primero por miedo y luego cuando vio como su teléfono celular se perdia en algún lugar debajo del asiento delantero.

—¿Qué fue eso?— Preguntó Jisung, en una mezcla de ansiedad y miedo. —No se revento un neumático, ¿verdad? Hyung, lo siento. ¡No podemos quedarnos aqui!— llamó casi desesperado al conductor. Sus manos ahora temblaron, tratando de encontrar el broche del cinturon, y su rostro se contorsionó en una expresión llorosa.

El conductor, que era un empleado de dicho programa, era un señor mayor que llevaba una máscara y tosía una y otra vez, lo cual no les daba mucha confianza en ese momento.

𝐒𝐀𝐕𝐄 𝐍𝐂𝐓Where stories live. Discover now