Capítulo 4

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Nadie tiene que saberlo

Había llegado al límite del castillo. Shoto no mencionó nada relacionado con sus salidas y el hogar del pecoso. El cual cargó con dos pequeños ramos de flores.

Después de tomar camino, el menor habló sobre lo feliz que sintió ahora que ya había visto a sus amigos y que estos le confesaron que irían a buscarlo cuando desapareció. Por otro lado, Shoto solo escuchaba con atención en lo que llegaban.

Al dejar a Antius en el establo los dos chicos caminaron directo a la cocina por algo de comer, fue ahí cuando Midoriya reparó en un problema.

El príncipe se había quitado la capa. Olvidaron que traía el cabello totalmente rojo.

- Mmm, príncipe.

-Midoriya .

- ¡Tu cabello! - advirtió señalándolo- hay que lavarlo antes de que alguien te vea, también debes cambiarte.

Dicho eso, cogieron un par de frutas y se escabulleron (con ayuda heterocromático) en uno de los pasajes de servicio hasta llegar a una de las torres donde se hospedaba la familia de su tío.

ya adentro de la habitación de Izuku y con su ropa habitual encontraron otro problema: el color en el cabello del Shoto no se iba completamente.

Lo lavaron una y otra vez, pero no consiguieron retirarlo del todo, en cambio, sus residuos lo funcionaron en un suave rosa.

- ¿Y si dices estar enfermo mañana?

- No se notará

Era obvio que la poca luz y el reflejo del agua no le permitían ver lo que él, por ello buscó en su alcoba algún objeto del mismo color para dale un ejemplo.

Un jarrón fue un buen material.

Ya que Todoroki tenía una idea de su apariencia intentó con desesperación quitarlo, sin embargo, cada que giraba para mostrarle al pecoso este solo negaba con la cabeza.

Izuku lo oyó gruñir y eso lo sobresaltó. No decía nada, pero su gesto de molestia hablaba por sí mismo.

- Lo siento. Aprobé la idea y...

El semialbino zarandeó sus cabellos y lo miró en lo que exprimía el agua.

- Y yo la acepté - dijo molesto- no estaría mal si la mitad pelirroja fuera la que está teñida.

- ¿Por qué?

- No importa.

Se digirió a la puerta dejando al menor cabizbajo.

- Iré a ver a la vieja, quizás ella lo limpie- su voz era más calmada, para consolarlo.

Aun con eso, no evitó sentirse algo culpable.

¿Y si decía a alguien que había salido ahora que estaba molesto?

Triste, salió de su habitación; y a la primer sirvienta que encontró le pidió que entregara las flores a la reina y a la princesa de su parte.

El sol se escondió y aunque no tuviera sueño se recostó y cerró los ojos.

El sol se escondió y aunque no tuviera sueño se recostó y cerró los ojos

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Campo de amapolas (TodoDeku)Where stories live. Discover now