Capitulo 5

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Mientras la fiesta continuaba sin él, Camilo se dirigió a la cocina, dónde también se encontraban su madre Pepa y Mirabel. Seguía confundido por lo que había visto. Sin duda, alguien tuvo que haberle creído.

— Si todo estuvo en mi cabeza, ¿Cómo me corté la mano? Nunca intentaría arruinarle la noche a Antonio, ¿En serio eso es lo que crees?

— Lo que creo es que hoy fue un día muy duro para ti

— Eso no es... - empezó a responderle — Estaba tratando de cuidar a la familia. Tal vez no sea súper fuerte como Luisa o naturalmente maravillosa como Dolores, la <<Señorita perfección>> que nunca en su vida a estado despeinada pero...- al escucharse Camilo suspiro, Mirabel dió una pequeña risita, él la volteó a ver y después termino— Olvídalo

La casa uso la encimera para acercar un plato de arepas a los tres.

— Como decearia que pudieras verte como yo te veo — comento su mamá — Eres perfecto tal y como eres, tan especial como todos los demás en esta familia — tomo una arepa, se la entrego y lo tomo de la mano

— Ajá y mi tía Julieta curo mi mano con una arepa con queso

— Curo tú mano con el cariño que siente por ti — Mirabel se acercó y puso su mano sobre su hombro

— Por su sobrino con maravillosa mente — Agrego Pepa juguetonamente y lo abrazo con fuerza junto con Mirabel

Camilo trato de liberarse.

— ¡Ash! — exclamó y puso los ojos en blanco

— Y su gran corazón — Mirabel estiró una de sus manos y la movió hacia la derecha

— Basta

— ¡Sus rizos hermosos!

— Mamá — dijo Camilo, mientras su mamá le daba un gran beso en la mejilla

— Ay, te amo, cosa linda

— Se lo que ví —Se separó del abrazo de las dos mujeres e insistió, porque no quería cambiar de tema

Su mamá suspiró y dijo.

— Mi hermano Bruno perdió su camino en esta familia. No quiero que te pase lo mismo. Ve a descansar. Te sentirás mejor mañana

— Yo me aseguro de que vaya directo a su habitación —Mirabel lo tomo del brazo y lo acompaño hasta su habitación

A Camilo no le quedó más que obedecer.

—Tranquilo todo estará mejor mañana— Sonrió

— Supongo que si, descansa Mirabu — Cerró la puerta

Al entrar a su habitación no pudo evitar que le pareciera patético ahora que ya no estaba Antonio. Ahora él tenía su propia y magnífica habitación de selva tropical, mientras el seguía en el mismo lugar aburrido en el que había estado toda la vida. Dado que no podía sacarse de la cabeza las grietas y la luz de la vela apagándose, salió de la cama y abrió su puerta para echarle un vistazo a la casa y vela. No había ningún rastro de lo que vió. En la tranquilidad de la noche, Camilo escucho ruidos provenientes del piso de abajo. ¿Sería que alguien tampoco lograba conciliar el sueño?

Camino de puntitas hacia donde escucho los ruidos, logrando ver al abuelo frente al retrato de su joven esposa. Se encontraba sollozando en voz baja, Camilo se alarmó y solo pudo pensar en esconderse. Si alguien en la familia era tan duro como una roca era su abuelo. ¿Qué podría hacerlo llorar? Entonces el abuelo colocó la mano sobre el retrato. Con una mirada de profunda tristeza el abuelo contempló a su esposa Alma.

— Ay, Alma...¿Qué debo hacer? Si los demás supieran lo vulnerables que somos en realidad...la facilidad con la que podríamos perder nuestro hogar. Bruno sabía que las grietas crecerían, que nuestra magia empezaría a flaquear, y nos lo oculto, ahora necesito tú ayuda, mi amor. Tengo que encontrar la forma de evitar que nuestro hogar se pierda. Si hay alguna respuesta, ayúdame a descubrirla, ayúdame a proteger a nuestra familia, ayúdame a salvar nuestro milagro.

Camilo gritó internamente. ¡Las grietas eran reales! ¡El milagro estaba muriendo!

Salió de su escondite delicadamente y regresó a su cuarto. Estaba impactado, pero también decidido, sabía que hacer.

El se encargaría de encontrar las respuestas. El ayudaría a Casita, a su familia y a su abuelo.

— Yo salvaré el milagro — dijo.

La casa agitó la persiana con emoción, como si le estuviese haciendo un pregunta.

— Ah sí. No tengo ni idea de cómo salvar un milagro — Pensó un momento ¿Quien podría saber algo? Existía una persona que podía oír todo, pero pedirle ayuda a su hermana mayor no era opción, pero también había alguien que siempre estaba con los mayores y probablemente podría saber algo — Isabela

Se fue a dormir esperándo con ansias la mañana, ya sabía lo que iba a hacer.

...

¡Hola!

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Nos estamos leyendo.

Encanto AuWhere stories live. Discover now