𝐭𝐡𝐢𝐫𝐭𝐞𝐞𝐧

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– ¿Sabes qué es raro? – Leah había juntado sus manos a la altura de sus rodillas para hacer una escalera y darle un empujón a Jim para que subiese al barco, cuando B.E.N llamó su atención. – No puedo decirles lo frustrante que es, chicos. Porque hay algo que simplemente me está molestando.

Jim ayudó a Leah y a B.E.N a subir, cuando éste último estuvo en el borde se tropezó y  cayó de cara a la cubierta del barco. Leah trató de disimular su risa con una tos fingida, Jim estuvo por mirarla mal cuando miró algo por sobre el hombro de la azabache que lo dejó sin palabras.

– ¿Qué sucede? – Al ver que Jim tenía una expresión sorprendida y no le decía nada se giró siguiendo la mirada del chico, notando un esqueleto con uniforme de pirata sentado en un trono detrás de ellos.

Leah apretó la mandíbula y su respiración se volvió irregular, detestaba los esqueletos y se había encontrado miles en sus viajes. Morph sabía esto y se colocó entre las manos de la chica dejando que lo acariciara para relajarse.

– El Capitán Flint. – Afirmó Jim, avanzando hasta el esqueleto. Mientras que Leah mantenía su distancia y se quedaba detrás del chico.

– ¡En carne y hueso! – Completó B.E.N – Bueno, más o menos. Sin la piel, los órganos, o cualquier cosa que sea carne, la cual no hay.

– Jim, no te acerques mucho a esa cosa ¿Quieres? – Leah trataba de ocultar el temblor en su voz cuando el chico se acercó al esqueleto para admirarlo más de cerca.

– Y es demasiado extraño ¿Sabes? – B.E.N continuó con el tema del que estaba hablando anteriormente sin hacer mucho caso a lo que pasaba alrededor, Leah lo miraba aún sin comprender el funcionamiento de aquella máquina. – Recuerdo que había algo horrible que Flint no quería que nadie más supiera, pero no puedo recordar qué era.

Leah observó cómo Jim tomaba la mano del esqueleto y la rompía para quitarle un extraño objeto que estaba sosteniendo, se abrazó a si misma conteniendo un escalofrío e hizo el amago de vomitar.

– ¡Maldita sea, cabeza de nuez! ¡¿No te dije que no tocaras esa cosa?! – Leah sacudió la cabeza, apartando de su mente la sensación que tendría al tocar un esqueleto, la idea le ponía la piel de gallina.

– ¡Es terrible perder algo como la mente! – Por su parte, B.E.N aún se quejaba de su perdida de memoria, Leah se rindió y rodó los ojos decidiendo pasar de él.

– B.E.N, creo que acabo de encontrar tu cerebro, quédate quieto.

– Jimmy, tienes las manos muy, muy frías. Oye ¿Siempre ha sido así? – La pregunta fue dirigida a la azabache, qué frunció el ceño. Jim tomó al robot y colocó la pieza que recién había sacado del esqueleto en la parte trasera de su cabeza. La pieza encajó perfectamente y se vió en los ojos de B.E.N como su memoria era restaurada y volvía en sí. – ¿Sabes, Jimmy? Estaba pensando en algo, estaba... ¡Pensando!

– ¿Y no te dolió? – Comentó Leah, Jim le dió un ligero golpe en el brazo y ambos observaron como el robot celebraba por recuperar sus recuerdos.

– ¡Volvió todo! ¡Todas mis memorias! ¡Hasta el momento en que Flint sacó mis circuitos de memoria para que no pudiese contarle a nadie sobre su trampa! – Justo en el momento en que B.E.N dijo esas palabras, algo detonó sobre sus cabezas, alarmando al grupo. – Hablando de eso...

Jim y Leah observaron con terror como el mecanismo que los rodeaba comenzaba a estallar y a destruirse por completo.

– Flint quería asegurarse de que nadie jamás pudiera robar su tesoro. – Explicó B.E.N lo más rápido que pudo. – Equipó el planeta entero para que volará más alto que una cometa Kalepsiana.

ᴍʏ ᴏɴᴇ ᴀɴᴅ ᴏɴʟʏ - ᴊɪᴍ ʜᴀᴡᴋɪɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora