𝐨𝐧𝐞

6.7K 429 16
                                    

La brisa de la tarde golpeaba su rostro con suavidad, logrando desacomodar algunos mechones de su cabello que no le llegaba ni a los hombros. Había logrado escaparse del trabajo durante un momento para disfrutar de la paz que le brindaba el lugar antes de que el barco zarpara, sabía que Silver la regañaría pero valía la pena por las vistas que tenía en la cima del mástil.

Observaba el movimiento del puerto, lugar que le era bastante familiar. Veía a diferentes criaturas de diferentes planetas yendo y viniendo, cada quien ocupándose de sus asuntos y viviendo sus vidas.

Frunció el ceño con fastidio cuando su paz fue perturbada por algunos sonidos de flatulencias, se asomó por el borde y logró ver a un tripulante gritándole en algún idioma que desconocía a un chico y un hombre de apariencia canina en un traje espacial que le pareció gracioso.

El mayor le respondió a la criatura de la misma manera y éste pareció relajarse, la chica de cuernos rojos comprendió que se trataba de un malentendido pero ahora estaba interesada en los recién llegados y los siguió con la mirada.

Ambos se acercaron a un hombre de piedra, la azabache lo reconoció como el segundo al mando, el Sr. Arrow. No podía escuchar lo que decían desde su altura y con el ruido de la gente trabajando a su alrededor, pero su mirada fue desviada a un lado cuando vió la sombra de la capitana deslizándose por entre las cuerdas del barco y cayendo con gracia a un lado de los recién llegados.

Tenía que admitir que admiraba a la capitana Amelia, la mujer de rasgos felinos era muy lista, intuitiva, ágil y dedicada a su trabajo. Pensaba que era una muy buena capitana, aunque muy recta comparada a su capitán.

Se había cansado de solo observar desde la altura y decidió bajar a presentarse ella también. Fijó su mirada en una cuerda que caía cerca de ella y la sostuvo con fuerza entre sus manos para columpiarse hasta el lugar en el que se encontraba el grupo.

– Por favor, capitana... – Habló con modestia el primer oficial, la capitana rodó los ojos.

– Oh, cállate, Arrow. Sabes que no lo digo en serio.

La azabache logró divisar que las miradas de los recién llegados estaban sobre ella cuando dió una vuelta en el aire y cayó a un lado de ellos con agileza.

– ¿Aquí todos caen del cielo? – Comentó el chico de cabello castaño a su lado, la chica lo encontró bastante atractivo a pesar de parecer solo un niño.

– Gracioso... Capitana, Sr. Arrow – Saludó la azabache a los líderes del barco.

– Señorita Khane, un placer verla por aquí. – Respondió el saludo la capitana. – ¿Qué tal está clima para zarpar?

– El clima está perfecto y zarparemos en cuanto usted dé la orden, capitana. – La nombrada asintió con suficiencia y fueron interrumpidas por el hombre con el traje espacial, que le parecía más gracioso viéndolo de cerca.

– Disculpen, lamento interrumpir esta fabulosa charla, pero... Quiero presentarles a Jim Hawkins – La chica de cuernos miró al joven a su lado, quien estaba distraído mirando los alrededores del barco y volvió a prestar atención cuando lo nombraron. – Jim, verán, es el chico que encontró el tesoro...

– ¡Doctor! Por favor... – La capitana fue rápida a cubrir la boca del Doctor con una mano, y con mucha razón, pensó la chica, siempre se debe tener cuidado con lo que se dice en un barco. Cuando todos los que se habían detenido a escuchar volvieron a sus trabajos, la capitana se giró de nuevo y la azabache se mantuvo atenta. – Una palabra con usted en mi camarote...

– Estaré atenta a sus órdenes, capitana. – Aseguró la chica. La mujer le agradeció para luego retirarse junto a los recién llegados a su camarote.

ᴍʏ ᴏɴᴇ ᴀɴᴅ ᴏɴʟʏ - ᴊɪᴍ ʜᴀᴡᴋɪɴsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora