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   Yuuta tiene problemas para dormir, los ha tenido desde la muerte de Rika, siempre recordando la sangrienta escena que había visto en primera plana del accidente

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   Yuuta tiene problemas para dormir, los ha tenido desde la muerte de Rika, siempre recordando la sangrienta escena que había visto en primera plana del accidente. Desde entonces las ojeras bajo sus ojos han aparecido y no le han abandonado. Fueron enfoque de burla, además de darle un aspecto "demacrado" y "desaliñado" junto a su cabello corto en puntas desordenadas.

Intentó cambiar eso cuando entró a la Escuela Técnica de Magia del Área Metropolitana de Tokio, donde encontró bastante paz de todo lo que cargaba en su interior luego de enfrentarse con aquel hechicero desagradable que lastimó a sus amigos y haber "arreglado" las cosas con Rika.

Sin embargo, tantos años de mal sueño le habían dejado una bara muy alta para saltar. ¡Nada funcionaba! Té, meditación, ejercicios para niños... Todo parecía indicar que nunca volvería a dormir más de tres horas por el resto de su vida.

Como cada noche, su insomnio lo ataca y se encuentra mirando al techo de su habitación. Esa vez se sentía extrañamente solitario, sólo había pasado una semana de haber "exorcisado" a Rika, sentía parte de su ausencia. La tristeza se habría paso acompañada de otros sentimientos y sensaciones no tan alegres. A veces era la ansiedad que lo atacaba, la impotencia de aún no ser tan fuerte, la emoción de estar en donde estaba o la energía desbordante de querer esforzarse al máximo.

Cuando no podía dormir, sólo se quedaba mirando a la nada o entrenaba en la habitación algunas técnicas y movimientos enseñados por Maki. Sin embargo, cuando la melancolía y angustia era lo que le atacaba, prefería salir de la habitación y caminar un poco. Antes se dejaba consumir por todos esos sentimiento negativos y de culpa, pero estaba intentando cambiar. Se lo había prometido a Rika, a sus amigos y a sí mismo.

Esa noche decide caminar en dirección a la cocina con pasos ligeros y silenciosos para no alertar y despertar a nadie, se distraería comiendo algo o preparando un té, lo que le gustaba aunque no ayudaba en su totalidad. Cuando se sentía así de triste como ahora, sus pensamientos regulares eran opacados por otros menos brillantes. Se sentía solo en ese lugar aunque estuviera haciendo amigos nuevos, sólo porque no tenía a Rika. Pensaba en su muerte y cuanto le hubiera gustado poder evitarla, pensaba en las mil maneras en las que hubiera podido hacerlo. Pensaba en lo que le había hecho al atarla a su lado como una maldición, en todas las muertes y problemas que eso causó. Lentamente se hundía en una espiral sin fin de lamentaciones, arrepentimientos, inquietudes, miedos y desmotivaciones personales.

A veces se enfocaba en la presión que ejercen las expectativas de los demás sobre él, no podía verse de la misma manera que ellos lo hacían, creyendo que tenía un potencial asombroso y que algún día sería un chamán quizás tan fuerte y poderoso como el profesor Gojo. Eso era imposible, aún seguía perdiendo ante Maki, lo que había pasado en el enfrentamiento con Suguru Geto había sido pura suerte, había sido todo gracias a Rika, sin ella no era tan poderoso como todos crean que podía llegar a ser.

Siempre se cuestionaba tantas cosas...

Abriendo la puerta de la cocina, se asombra al encontrar la luz encendida. Y sobre un taburete para llegar a la parte alta de los estantes, Inumaki, quien gira a verle con una expresión también bastante sorprendida.

Onigiri de Atún con Mayonesa. [Inuokko]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora